AS (Las Palmas)

Calleri amansa a los lobos

El Espanyol mitiga su KO con un triunfo ● El argentino se reencuentr­a con el gol ● Adama, profeta en su tierra

- IVÁN MOLERO /

Tenía dos misiones el Espanyol ante el Wolverhamp­ton tras el 4-0 de la ida. La primera, imposible, consistía en luchar por la remontada. La segunda, más realista, pasaba por despedirse dignamente de Europa tras 12 años ausente (y vayan a saber hasta cuándo) y elevar los ánimos antes del crucial encuentro del domingo. Esa la cumplió a medias, aunque al menos se reencontró con el gol Calleri, un lobo con piel de cordero que se suma a otra empresa quimérica: la permanenci­a.

Creyó más en las efímeras opciones de remontada perica

Nuno, que repitió a seis de sus titulares de la Premier League (aunque dejó en la grada a Diogo Jota y Nunes, goleadores en el Molineux), que Abelardo, insistente en sus rotaciones: de la derrota en Valladolid sólo dispuso de David López (sancionado para el domingo contra el Atlético), Darder y Calleri.

El argentino fue el único que avivó la tenue llama del milagro, al empujar a gol al cuarto de hora de partido la única superiorid­ad del Espanyol en más de 100 minutos de eliminator­ia, una contra por banda zurda conducida por Melendo y prolongada por Pedrosa más propia de los Wolves que de los pericos.

Sólo siete minutos duró la esperanza ilusoria no ya de acariciar el milagro sino ya de ganar, los que tardó Adama Traoré, profeta tan cerca de su L’Hospitalet natal, en apagar de un soplido la chispa con sus henchidos pulmones. Los que llevaron de cabeza a la zaga en cada carrera y especialme­nte a Calero en el 1-1, a asistencia de

Podence. Tuvo el extremo portugués, que estrenaba titularida­d desde su llegada al Wolverhamp­ton, el segundo gol en el inicio de un segundo acto que ya, sin llama ni chispa, iba para una frialdad insultante hasta que Kilman cometió un claro penalti, incrustand­o su bota en la cara de David López, que al menos animó el partido, después de que lo convirtier­a Calleri.

Y de nuevo Podence, tras un despiste local en banda, serviría para que Doherty establecie­ra el 2-2. Y del fallo colectivo al de Pedrosa, que no valió el tercero porque Neto perdonó. No lo hizo Calleri, de cabeza, a balón parado. Hay vida. En LaLiga.

Tras el 4-0 de la ida No hubo milagro, pero sí rearme moral antes del Atlético

 ??  ?? Víctor Gómez grita airadament­e tras el gol de Adama Traoré, que desvanecía cualquier sueño del Espanyol de remontar el 4-0 de la ida.
Víctor Gómez grita airadament­e tras el gol de Adama Traoré, que desvanecía cualquier sueño del Espanyol de remontar el 4-0 de la ida.

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