AS (Las Palmas)

Empatar, empatar, empatar y volver a empatar

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■ Para jugar ante el Celta no cocinó nada nuevo Simeone. Su clásica pizza del 1-4-4-2 con Oblak; Arias, Savic, Giménez, Lodi; Llorente, Thomas, Saúl, Koke; Correa y Morata. Empezó Llorente en el centro del campo por banda derecha y Correa de segunda punta junto a Morata, pero antes del minuto diez intercambi­aron sus posiciones y Marcos volvió a jugar de punta y Ángel de medio por la derecha. Antes había llegado el 0-1 de Morata, con asistencia de Correa entrando por la derecha, en jugada iniciada por Llorente, desarrolla­da por Arias y concluida por Morata. El 9 del Atlético y de la Selección va recuperand­o sensacione­s y puede entrar en la racha que busca todo delantero y que le dará la confianza que no acaba de tener del entrenador.

Sin goleadores.

Recuperar al mejor Morata, como al mejor Costa o que João Félix tenga la progresión que su talento exige es tarea de entrenador. Y también debería sacar mayor rendimient­o Simeone a Lemar, Vitolo y Correa. No es normal que los atacantes del Atlético lleven tan pocos goles. Solo Morata, el 9 de España, está en el top 10 con 12 goles. Tras la frialdad de los datos se esconde la falta de atención a la fase ofensiva en las tareas de las sesiones de entrenamie­nto. Morata, Costa, João, Lemar, Vitolo, Correa y Saponjic, todo futbolista ofensivo, necesita que el entrenador le ayude y le dé herramient­as para atacar, igual que se las da, a ellos y al resto del equipo, para defender.

Pizza con Llorente.

La mejora que ha experiment­ado el equipo tras el parón por el confinamie­nto ha estado en las transicion­es. Ahí es donde Simeone se encontró un ingredient­e nuevo para la pizza llamado Marcos. Llorente parecía que era como echarle piña y ha resultado ser la trufa más exquisita del mundo, y lo ha mezclado bien, adelantand­o a la vez al equipo a un bloque medio y alto por la necesidad de ganar, ganar, ganar y volver a ganar que tenía para cumplir el objetivo obligatori­o de ser tercero.

Fondo de armario.

El Celta fue de menos a más y le complicó la vida al Atlético de Simeone como todos los equipos que juegan con tres centrales y más si encima hacen el fútbol de posición y posesión que realiza el conjunto vigués. Se volvió a evidenciar el fondo de armario de ropa de marca que tiene Simeone en su plantilla. Aún con las bajas de Costa,

Carrasco y João Félix, metió a dos refuerzos que suman más de cien millones de euros como Vitolo y Lemar y el equipo acabó yendo a por la victoria pon la calidad del canario y el campeón del mundo francés, empuje del ‘Zorro’ Herrera, capitán de México, y la frescura de

Manu Sánchez, digno representa­nte de la Academia que puede jugar en Primera. Además, el Cholo sacó del confinamie­nto a Saponjic. ¡Aleluya! El Atlético acabó con Oblak; Arias, Savic, Giménez, Manu Sánchez; Koke, Herrera, Thomas, Lemar; Vitolo y Saponjic. Lo intentó, pero volvió a empatar. Empatar, empatar, empatar y volver empatar. Así hasta 15 veces. Son demasiadas. Era una Liga para estar con el Madrid y el

Barça arriba hasta el final.

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Simeone, en Balaídos.

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