Banega es de Champions
Lideró la remontada del Sevilla ante el Athletic ● El VAR sigue en huelga en Bilbao: penalti claro no pitado
EI Sevilla se puso en manos de Banega para dejar claro que es de Champions. Rompió el maleficio de San Mamés y sigue engordando su récord de imbatibilidad en Liga. En Bilbao, eso sí, parece que el VAR anda de huelga. Sin apagarse los ecos de la polémica unos días atrás con la visita del Madrid (el colegiado de aquel día fatídico estaba ahora con el videoarbitraje), los leones se encontraron con un gol en contra tras una falta por piscinazo de Munir y sin un penalti claro a Iñigo Martínez del propio Munir, que le agarró a dos manos. En todo caso, los hispalenses pusieron más ingredientes para llevarse pastel del triunfo.
Los primeros 25 minutos ya hacían presagiar que aquello acabaría de semejante manera. Porque el Sevilla amaneció decidido, con una pirotecnia muy colorista en campo contrario. Había que ver si seguiría la línea de este año: mucho arroz pero poco pollo. Le falla el estoque. Durante la primera parte, el Athletic fue más contundente en las áreas en un pulso táctico, aunque al final se ahogó en una travesía larga. Lopetegui puso su triángulo de pilotos a gobernar la nave: Jordán, Gudelj y Banega. El rosarino empezó a tirar amagos, tacones y a pisar la bola, e iba dejando sentados a Sancet, Yuri… Una locura. Los el hispalenses no tenían resquicios, daban ritmo al juego, estaban juntitos cuando el Athletic tenía el balón y sabían abrir a las bandas cuando robaban. Los leones trataban de no perder el sitio, sabían sufrir en un momento peliagudo. Pese a ser dominados, lograron evitar que el rival generase ocasiones claras. Capa puso el 1-0 y Córdoba falló la posible puntilla.
Tras el descanso volvieron las aguas al cauce sevillano. Con fluidez, el equipo de Lopetegui esperó paciente a que la fruta madurase. Unai Simón emergió de nuevo como héroe de San Mamés. El tanto de falta de Banega dejó tocados a los vizcaínos, que claudicaron poco después.