SE SALVÓ LA RACHA DE GOLES
El 1-1 in extremis supuso que España mantiene una racha de cuatro años marcando consecutivamente. Desde el 2-0 con Italia de la Eurocopa 2016, La Roja ha anotado en 41 partidos consecutivamente. El tanto de Gayà hizo que esa racha continúe vigente. de ello. En el fútbol, como en la vida, suele ganar quien mueve primero. Es lo que debió pensar el asturiano, que en el minuto 39 intercambió a Navas y Ferran en las bandas. El experimento no convenció en esos seis minutos que conducían al descanso o quizá es que Lucho ya tenía la decisión tomada. Así que lo primero que vimos en imagen antes de iniciarse la segunda parte fue a Ansu Fati ajustándose la camiseta y pisando el césped del Mercedes-Benza Arena. Pero apenas tuvo tiempo de realizar cabriola alguna, porque en el 51' era Werner el que obligaba a repartir de nuevo las cartas. Un pase en largo, una cesión perfecta de Gosens y el buen hacer del nuevo delantero del Chelsea: recepción, giro y remate.
En el 56', Busquets cedía su puesto a Mikel Merino, otro de los debutantes. También se estrenó Óscar Rodríguez, quien se sumaba a un centro del campo en el que Thiago llevaba la manija. El reciente campeón de la Champions era el faro, también la única solución para resquebrajar una defensa rival aún más poblada, como cuando en el 70' acarició el gol con un disparo que se fue ligeramente desviado de la portería de Trapp. Apretaba España, que marcó gracias a Ansu Fati, aunque su testarazo fue invalidado por carga de Ramos. Y siguió haciéndolo hasta el mencionado minuto 95 en que apareció Gayà, que remató a la red tras un cabezazo de Rodrigo. Un gol de esos con la firma del desgaste, el apuro, la garra… en definitiva de esos que de haber ocurrido en un Mundial estaríamos gritando un par de días.