AS (Las Palmas)

Tres fracasos y una Champions tras echar al técnico

- POR TOMÁS RONCERO

FIorentino conoce de sobra la asignatura “echar al entrenador con la temporada en curso”. Y su experienci­a no ha sido muy enriqueced­ora, a excepción del relevo de Rafa Benítez por el propio Zidane, en enero de 2016.

Camacho (2004-05).

En realidad el técnico de Cieza

dimitió, aunque la espada de su destitució­n estaba afilada tras una estrepitos­a derrota en Champions ante el Bayer Leverkusen (3-0). Tras perder a los cuatro días en Montjuïc

ante el Espanyol, Camacho

dimitió. Le suplió otro veterano querido en el Bernabéu, García Remón, pero Florentino lo despidió en el parón navideño tras una tensa discusión protagoniz­ada con el exportero madridista en Santander al decidir dejar en el banquillo a Beckham en El Sardinero. De inicio alineó al canterano Javi García y eso le pasó factura. El Madrid ganó al Racing por 2-3, pero aun así despidiero­n a García Remón y llegó en su lugar Luxemburgo, un brasileño con más sonrisas que currículo. Hizo reaccionar algo al equipo, pero no pudo evitar perder esa Liga a favor del Barça (llevaban los culés cuatro años sin conseguirl­o) y también quedó apeado de la Champions, al caer en octavos ante la Juventus. En Liga quedó segundo, a cuatro puntos de los azulgrana.

Luxemburgo (2005-07).

El brasileño cayó en desgracia en vista de que su famoso ‘cuadrado mágico’

no daba réditos en la cuenta de resultados. Los Galácticos iniciaban su decadencia, siendo ya el último curso de

Figo en el equipo por decisión presidenci­al. Tras una serie de derrotas que le descolgaba­n de la lucha por el título de Liga (el 0-3 con el Barça y el Bernabéu aplaudiend­o a Ronaldinho fue el detonante final), Florentino despidió a Luxa y puso en su sitio a López Caro, que había triunfado con el Castilla. Se fue Sacchi y Benito Floro fue nombrado director deportivo. La dupla low cost no funcionó y tras una derrota dolorosa en Mallorca (2-1) fue el presidente el que decidió dimitir.

López Caro quedó sentenciad­o tras quedar eliminado el equipo de la Champions a manos del Arsenal de Henry.

El Madrid acabó de nuevo segundo en Liga, por detrás del Barça y nada menos que a 12 puntos de desventaja...

Rafa Benítez (2015-16).

La mejor experienci­a de Florentino al decidir cambiar de montura en mitad del trayecto. Tras un triste empate en Valencia, de nuevo el parón navideño fue aprovechad­o por el presidente para diseñar el relevo. Benítez fue despedido y Florentino ascendió a Zidane del Castilla al primer equipo. El carisma del francés y sus logros en su etapa de jugador lograron que tanto el vestuario como la afición lo recibiesen con los brazos abiertos. Cinco meses después, Zizou ganaba la Undécima en San Siro ante el Atleti del Cholo, tras empatar 1-1 y ganar a los rojiblanco­s en la tanda de penaltis. Un exitazo para Zidane, que después ganó otras dos Champions más consecutiv­as. Nadie más puede presumir como entrenador de semejante logro.

Lopetegui (2018-19).

El Madrid contrató al guipuzcoan­o, lo que provocó la reacción airada de Luis Rubiales, que lo destituyó como selecciona­dor a cuatro días de empezar el Mundial de Rusia. La cosa ya empezó torcida para el buen entrenador vasco. Pese a unos buenos resultados iniciales (un 3-0 a la Roma en Champions con gran juego), la goleada sufrida en el Clásico del Camp Nou ante un Barça sin Messi (5-1) fue el epitafio de su adiós al club que siempre soñó entrenar. Ante la falta de soluciones, Florentino tiró de Solari, el técnico del Castilla. Aunque el argentino tomó decisiones drásticas que ahora han revaloriza­do su valentía (sentar a Isco y Marcelo), perder en una semana en Liga, Copa y Champions le costó el adiós. En marzo Florentino llamó a Zidane y le lanzó un SOS. Le dijo “oui”. Y hasta hoy...

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Lopetegui, en su etapa blanca.

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