Fuerte, potente y con facilidad para convertir las ocasiones
■ Moussa Dembélé es un delantero fuerte, muy potente en la zancada a campo abierto, pero con muchas limitaciones en los apoyos. Está viviendo una de sus peores temporadas como profesional, pues apenas ha marcado un gol en la Ligue 1 y ha perdido la titularidad en favor de Tino Kadewere,
máximo goleador de la pasada Ligue 2 y que ha dejado inadvertida la participación del canterano del PSG
en el Olympique de Lyon.
Lo que mejor puede definir al ariete es la espectacular facilidad que atesora para materializar ocasiones. No es un futbolista que, a simple vista, dé la sensación de ser diferencial en el último tercio del campo, pero la mayoría de los balones que recibe cerca del área los convierte en gol. Así lo corroboran sus números en Fulham, Celtic y Lyon.
En Inglaterra marcó 19 goles en 64 partidos repartidos en tres años; en Escocia, anotó 51 tantos en 94 partidos y en Francia,
45 goles repartidos en 108 encuentros que le alzaron como máximo goleador del Olympique de Lyon durante las dos últimas temporadas. El punta le viene como anillo al dedo al Atlético.
Una de las grandes fortalezas del delantero es su espectacular capacidad para activar el lado débil de su juego de espaldas. Sin ser un virtuoso técnicamente, fija al central, lo contiene y lleva la pelota al lado menos poblado de la jugada. Permite compensar su déficit técnico con un potente tren superior, además de tener un porcentaje altísimo de duelos ganados por partido. Es un muro de hormigón que saca constantes ventajas para el resto del equipo y sabe meter muy bien el cuerpo en el área para orientarse de cara al gol. Así se erigió en el mejor delantero del conjunto francés en las dos últimas campañas y se ganó el interés de grandes clubes europeos.
Dembélé también es un futbolista intermitente. Suele tener ciertas desconexiones en los partidos, por lo que a veces pasa muchos minutos sin estar en contacto con el balón, sobre todo cuando juega ante equipos replegados.