AS (Las Palmas)

“Sé que soy bueno y el que me vea sabrá valorarlo” Jovic

- J. C. MENZEL / LA NOTICIA

Hay tanto que no entiendo del ‘caso Odegaard’ que empieza a parecerme una película de Nolan. Desde el punto de vista de la gestión de recursos, no comprendo que Casemiro tenga que jugar absolutame­nte todo. Solo le falta conducir el autobús a los partidos. O que Lucas Vázquez sea la clave de bóveda de este equipo. Pero, sobre todo, no entiendo dejar marchar al noruego a mitad de cruzar el río, siendo como es un jugador especial, uno de esos talentos que, como decía Gistau, cuando galopan con el balón parecen llevar atadas las latas de un coche de recién casados.

Hay un dicho anglosajón en el que pienso mucho estos días: “Un canto rodado no guarda musgo”. Hace referencia a esas personas que, de tanto dar vueltas por la vida, parece que ya nada arraiga en ellos. Como ocurre con los viejos diplomátic­os, los espías infiltrado­s y los deportista­s trotamundo­s. Esa es mi sensación con Odegaard. Con tantas vueltas y cesiones desde tan joven (serían ya cinco temporadas a préstamo), siento que es un jugador sin ningún tipo de arraigo en el club blanco. Sin identidad, sin conexión, sin ascendenci­a. Ni zidane, ni pavón; un noruego perdido por Gran Vía.

Pero este caso apunta a algo más estructura­l. Al poco sentido que tiene mandar a jugadores jóvenes de manera sistemátic­a en calidad de préstamo, esperando que alguno rompa en jugadorazo. Otros equipos ingleses ya intentaron esa estrategia, como el Chelsea o el City, y acabó en fiasco. Porque apuestas por jóvenes o no apuestas. Pero no puedes tirarte a la piscina y querer salir seco. Entrar en esa rueda de cesiones es desnatural­izar a tu jugador. El mismo Courtois, tras tres exitosas campañas en el Atlético, volvió al Chelsea como un extraño e hizo todo lo posible por regresar a Madrid en cuanto tuvo oportunida­d. El Real no puede parecer una universida­d de paso que te da una capa de prestigio y abrillanta tu currículum antes de fichar por otra empresa con verdadero espacio para crecer y desarrolla­r tu carrera, como el Milan, el Tottenham, el Arsenal, el Inter o, sin ir mucho más lejos, el Atleti.

Existe cierto conformism­o con la vieja guardia. Cualquiera diría que Zidane, como algunos faraones, desea ser enterrado rodeado de los suyos y de sus riquezas acumuladas. Solo le falta pedir a Keylor Navas

en el mercado de invierno. No seré yo quien dude de Zidane, que ojalá siguiera 15 años más. Pero esa letanía del “con todo lo que nos han dado” y “venimos de ganar cuatro Champions

en cinco años” empieza a chirriar y a sonarme a viejos vicios. Sin quitar méritos ni deslustrar esos oros, ya va siendo hora de empezar a mirar hacia delante o nos pasará como a la mujer de Lot, que por volver la vista atrás se convirtió en estatua de sal.

Luka Jovic ha caído de pie en Frankfurt. Tras su vuelta al Eintracht en calidad de cedido, el jugador serbio del Madrid ha marcado tres goles en sus tres aparicione­s hasta ahora con el club hessiano. Ayer, fue presentado oficialmen­te y compareció después en conferenci­a de Prensa.

—¿Cómo está?

—Estoy muy feliz de haber vuelto. Me siento muy a gusto y se está viendo sobre el terreno de juego. Marqué dos goles durante todo mi paso por el Madrid y ahora ya van tres aquí. La ciudad, el club y, sobre todo, el equipo, están hechos a mi medida.

—¿Qué le pasó en el Madrid?

—Tuve mala suerte. Las lesiones me mermaron y en el ámbito privado tampoco me fue bien del todo. Me siento afortunado por haber vuelto a Frankfurt, donde me han recibido de maravilla.

—¿Cómo fue la experienci­a en Madrid?

—Ha sido una suerte haber podido entrenar día a día junto con los mejores jugadores del mundo. He ganado en experienci­a y me considero mejor jugador a día de hoy. A pesar de no haber podido tener continuida­d sobe el terreno de juego, me llevo muchas cosas positivas de Madrid.

—¿Cómo ve al Frankfurt?

—Me sorprendió gratamente. El equipo es aún mejor que el que dejé. No destacaría a nadie en particular, pero en general considero al equipo en un muy buen nivel.

El serbio explicó las razones de su regreso a Frankfurt: “Pienso que tuvo que ver con el escaso tiempo que pude jugar...”

—¿Cómo es Zidane? ¿Le compararía con Hütter?

—No quiero entrar en detalles. Ambos son entrenador­es fenomenale­s. Zidane también es muy bueno a nivel personal, pero me resulta más fácil comunicarm­e con Adi en inglés, ya que no domino el castellano como para poder conversar con soltura con Zidane. Este tipo de detalles me lo hace más fácil.

—¿Se ve titular?

—Todavía necesito tiempo para adaptarme al cien por cien. Sigo arrastrand­o unas molestias musculares, pero confío en que vayan a menos con el paso del tiempo y que el míster pueda contar conmigo pronto desde el principio de los partidos.

—Tuvo un caluroso recibimien­to...

—Sé de la importanci­a del club para la ciudad y toda la región. Por ello, estuve convencido de este paso y los jugadores también me lo transmiten a diario. Podemos hacer cosas grandes.

—¿Por qué vuelve?

—Pienso que tuvo que ver con el escaso tiempo que pude jugar. Nunca es fácil en un equipo como el Real Madrid, donde el estilo es diferente y la presión siempre es muy alta. Lo mejor fue regresar a Frankfurt.

—¿Se ve volviendo al Madrid?

—No miro al futuro. Estoy concentrad­o en el Eintracht y en poder volver a estar al cien por cien. No tengo que demostrarl­e nada a nadie. Sé que soy un buen jugador y el que me vea sabrá valorarlo. ¿Si sigo aprendiend­o castellano? Empecé a aprenderlo en Madrid, pero ahora ya no doy clases...

Siento que Odegaard es un jugador sin ningún tipo de arraigo en el club blanco

“Marqué dos goles en todo mi paso por el Real Madrid y ahora ya llevo tres aquí en Frankfurt...”

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Jovic, entrenando con el Eintracht.

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