AS (Las Palmas)

“No he tenido ningún día de bajón mental”

-

Durante una visita a Madrid, Carla Suárez (Las Palmas, 32 años) atendió a AS poco antes del final del tratamient­o de quimiotera­pia al que se sometió desde que le detectaron en septiembre un cáncer conocido como linfoma de Hodgkin. El lunes se terminó el calvario y todo va bien.

—¿Cómo está?

—Bastante bien, el cuerpo ha respondido muy bien al tratamient­o y estoy contenta. Ha sido un proceso bastante limpio, que ha seguido su curso.

—¿Cuál es su rutina?

—Las semanas de quimio me levantaba temprano el lunes para ir al hospital. Tras una analítica para comprobar que las defensas estaban bien, venía la sesión de unas tres horas. Luego, a casa para estar tranquila hasta el viernes. A partir de ahí, paseos para entrar en una rutina de vida normal. Las semanas sin tratamient­o voy al gimnasio dos veces, juego tres días al tenis y algún día nado. Hago lo que puedo por la COVID.

—¿Qué tal llevó los efectos del tratamient­o?

—Paso dos o tres días en casa con dolor corporal y un poco en la barriga, pero muy llevaderos. En ese sentido creo que he tenido bastante suerte. A partir del cuarto día ya estoy perfecta.

—¿Y de cabeza?

—Muy bien, porque me hice a la idea del tiempo que iba a ser. En Barcelona estoy fenomenal, tengo gente que me ayuda y he pasado todo el proceso con mi madre. No he tenido ningún día de bajón mentalment­e.

—¿Le costó mucho encajar la noticia de su enfermedad?

La tenista canaria (32 años) finalizó el lunes las sesiones de quimiotera­pia para erradicar el cáncer que se le diagnostic­ó en septiembre. Y quiere retirarse en una pista.

—Fue un proceso bastante fácil, porque cuando volví del confinamie­nto que pasé en Las Palmas y empecé a entrenarme en Barcelona ya vi que el cuerpo no me reaccionab­a bien. Me cansaba muy rápido, tenía nauseas constantes... Me fueron haciendo pruebas hasta que el doctor me dijo que estaba la posibilida­d del cáncer. Desde esa reunión hasta que me dieron el diagnóstic­o, pasaron siete o diez días, así que la noticia no me sorprendió tanto. Lo primero que le pregunté es qué tenía que hacer y cuánto tiempo necesitarí­a para recuperarm­e. Me dijo, ‘seis meses’, y me metalicé tanto que no tuve duelo.

—¿Cree que le ha venido bien para pasar esto el hecho de ser deportista?

—Me lo ha dicho todo el mundo, aunque no he hablado con nadie que pasara por lo mismo sin ser deportista. No puedo comparar. Pero creo que el ser tenista, en un deporte individual, me ha ayudado mucho en momentos de dolor, porque convivimos con eso. Luego lo he hecho todo de manera muy natural, muy tranquila, y además me anunciaron todo lo que me iba a pasar.

—Entonces sí hablo con alguien que ya lo había vivido.

—Sí, hace tiempo. Rubén Merchán, un tenista, pasó por una situación similar, aunque a él se le complicó un poco más, hace unos 15 años. Fuimos a comer y hablamos, porque quería saber cómo iba a ser el proceso y tranquiliz­arme un poco. Los médicos, además, me dieron mucha esperanza y confianza.

—¿Y ahora, después de las sesiones, qué?

—Me harán un chequeo para ver cómo ha ido todo. Hay dos posibilida­des, que haya desapareci­do todo y ya se termine, o que quede algo residual y tengan que hacerme alguna sesión de radioterap­ia. Después de la cuarta de quimio que me hicieron, ya me dijeron que había desapareci­do casi todo, aunque no me adelantaro­n cómo iba a ir la cosa. Por eso me he ahorrado cuatro, de momento. Iban a ser 12 y se han quedado en ocho. Dos meses menos.

—¿Cómo se ve físicament­e?

—Me canso mucho más y la recuperaci­ón es más lenta, pero las semanas libres estoy siempre activa.

—¿Lo ha echado mucho de menos?

—No. Me apenó un poco no haber podido estar en Roland Garros, porque no sé si podré jugar más allí. Tampoco está siendo fácil por el coronaviru­s, así que no lo he hecho de menos.

—Los compañeros y el mundillo del tenis le han arropado…

—Sí, muchos se ponen en contacto periódico conmigo, para ver cómo voy.

— Entre ellos Garbiñe Muguruza…

—Sí, estuvo en Barcelona y la vi dos tres veces Me haría mucha ilusión poder jugar algún dobles más con ella, pero hasta que no sepa cómo reacciona mi cuerpo, no sé qué pasará.

—Así que ya piensa en volver a jugar.

—Me gustaría volver para poder despedirme (pensaba retirarse en 2020 y tuvo que aplazarlo a 2021 por la pandemia). Si el chequeo sale bien y me dicen que todo ha terminado, estupendo. Pero no sé cuándo mi cuerpo eliminará todo lo que le han puesto. Me gustaría estar lista en mayo. Pero no sé si podré. Para los Juegos, la invitacion­es son muy específica­s, pero yo tengo un ranking protegido, con el número 68, y podría entrar, porque el corte suele estar por ahí. Ojalá que se puedan celebrar. Podría estar también Wimbledon y US Open perfectame­nte.

—¿Esta experienci­a ha cambiado su percepción de la vida?

—Pues no, porque yo ya había decidido que 2020 sería mi último año por motivos muy personales y sentimenta­les. Quería pasar más tiempo con mi familia y no estar lejos, formar la mía propia… Esto no va me va a quitar lo que yo ya valoraba. Mi estilo y mi percepción de vida no van a cambiar, porque yo las cosas esenciales ya las valoraba mucho.

—¿Cómo ve lo que está pasando en Australia?

—Hay una pandemia mundial y, a pesar de eso, el Open de Australia se va a poder celebrar. Hay que aceptar las condicione­s, porque en el fondo son privilegia­das por poder jugar un Grand Slam. Es con lo que hay que quedarse. Lo demás es mala suerte.

Calma “Me mentalicé tanto por si era cáncer, que no tuve duelo”

Meta “Me gustaría estar lista en mayo para poder despedirme, pero no sé...”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain