AS (Las Palmas)

¡Qué poco duró la alegría!

-

El tenis había alcanzado su vieja normalidad en los últimos días, para bien y para mal: Nadal anda lesionado, Alcaraz da otro paso de gigante, Muguruza enlaza victorias, España camina fuerte con Bautista y Carreño, Kyrgios la lía con un juez, Djokovic celebra a lo grande, Federer anuncia su regreso a las pistas… Después de dos semanas de estricta cuarentena en Australia, la competició­n oficial había vuelto en tres frentes paralelos, con la ATP Cup y con sendos torneos masculino y femenino en Melbourne. También el público abarrotaba las gradas en un país prácticame­nte limpio de coronaviru­s. Desde el viernes gozábamos con admiración, y hasta con un poco de envidia, de la foto que mostraba a esos aficionado­s sin mascarilla entregados al espectácul­o deportivo. El escenario era ideal, idílico, para disfrutar de un febrero pleno de tenis. Lesiones, al margen. Todo iba aparenteme­nte sobre ruedas, gracias al sacrificio de los deportista­s y al control inflexible de la autoridad australian­a, hasta que el virus, esa pesadilla, ha vuelto a asomar y ha paralizado todo. ¡Qué poco ha durado la alegría!

Un empleado del Hotel Grand Hyatt, donde se aloja la mayoría de los tenistas, ha dado positivo. El enigma es cómo ha podido producirse este contagio en un lugar en el que huéspedes y trabajador­es habían pasado la cuarentena y se habían sometido a controles. El caso es que 600 personas, entre ellas los jugadores, han sido otra vez aisladas y las competicio­nes se han cancelado, al menos hoy. Los tenistas, considerad­os contactos casuales, deben pasar test de detección, de los que va a depender mucho el futuro de los torneos y, sobre todo, de ese Open de Australia que tendría que arrancar el lunes. El estado de Victoria aplica protocolos rigurosos y desde el principio de esta aventura siempre advirtió de que la salud era la prioridad. Una marcha atrás que vuelve a dejar al tenis en el alambre.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain