AS (Las Palmas)

En lo imposible

El Huesca se adelantó y estrelló dos balones en el larguero ● Benzema desperdici­ó muchas ocasiones en la segunda parte

- REMATES

comenzaron a encontrar filtracion­es en esa pared de tres centrales del Huesca. Vinicius estuvo cerca del gol en una vaselina ante la salida de Álvaro Fernández en una arrancada en fuera de juego de VAR y Benzema se esmeró en un disparo que rechazó el meta del Huesca. Dos oportunida­des de medio pelo en un equipo que no fue a por el partido como si le fuera la vida en ello porque sabe que no le va. En ese tramo siempre le faltó algo a Asensio. Es una constante en su carrera. No hay mejor materia prima (velocidad, remate, conducción, pegada...), pero la manufactur­a es otra cosa. Ese talento a punto de despegar eternament­e sigue en tierra.

El Huesca, al otro lado, asumió vivir de espaldas a Courtois. Defendió con orden y aplicación, esperando que al Madrid se le fuera el santo al cielo, hecho recurrente esta temporada. Y ahí están derrotas marcianas ante Cádiz o Alavés o empates impensable­s como el de Elche, equipos todos herméticos, huidizos del cara a cara.

Y se repitió el caso, esta vez con preaviso. A vuelta del descanso, Mikel Rico remató como pudo y sobre la marcha una pelota que se columpió en el larguero. Y dos minutos después, Okazaki arrancó en la derecha, cambió el tercio hacia la izquierda y Javi Galán cruzó su excepciona­l remate a la red. Un golazo con el Madrid descompues­to en el repliegue. Hubo más en esos cinco minutos locos: Rafa Mir repitió larguero en un bote pronto tras el tercer contragolp­e oscense en un pestañeo.

El pánico pasó pronto. Gastón Silva derribó cerca del área a Asensio, que iniciaba una contra. Un mal menor convertido en mal mayor, porque Benzema, sin otro especialis­ta en 400 kilómetros a la redonda, mandó su misil al larguero y el rechace llovido lo cabeceó a la red Varane. El partido ya era otro, más sísmico y más divertido: Asensio tiró al lateral de la red, Courtois salvó un gol de Mir, Álvaro Fernández otro de Benzema, Marcelo (relevo del exhausto Odriozola) rozó el palo, Rafa Mir también... Sin el ariete de guardia, Ramos, llegó al partido Mariano. Era el mejor momento de Asensio, el más dispuesto y el mejor dotado para desenredar el partido. Antes, Benzema había dejado pasar la oportunida­d del partido. A dos metros de meta le partió el pecho a Álvaro Fernández, que procuraba ponerse en pie a duras penas. Uno de esos errores que recorren los telediario­s del día después. Y a seis minutos del final, Varane, aprovechan­do otro rechace del gran meta del Huesca, salvó a un Madrid al borde de la desconexió­n.

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