Un gol de Rakitic
Koundé y el exjugador del Barça ponen al Sevilla cerca de la final ● Espectacular partido de Bono
El Sevilla pegó primero en la semifinal de Copa, y lo hizo contundentemente en un partido en el que supo ser mucho más efectivo que el Barça. El 2-0 del Pizjuán en el partido de ida se selló con un gol de Rakitic que deja al equipo blaugrana en la lona y pendiente de una nueva remontada. La eficacia de Bono, el imponente Koundé y la puntilla del croata cuando el Barça jugaba en busca del empate acabaron con la racha de un Barça que recibió un castigo que le devuelve a la realidad.
La gran novedad táctica que aportó Koeman en su planteamiento inicial gestionando la indigencia estructural que administra fue la presencia de Júnior como lateral derecho. El resto del equipo, como pasaba en el Sevilla eran cartas marcadas.
Ambos equipos plantearon el partido teniendo muy en cuenta que era un duelo de ida y de entrada ninguno de los dos quiso ir a la yugular del rival. Máximo respeto, conservación del balón y minimizar errores eran las leyes que respetaban ambos equipos.
Ante un partido tan académico y cartesiano, el desequilibrio quedaba en manos de los solistas. Las dos orquestas tocaban lo que se esperaba de ellas, pero faltaba una aparición genial que desequilibrara el duelo. Sobre el papel, a solistas tenía más números el Barcelona para definir porque tenía a Messi, pero cuando el argentino tuvo en el minuto once su primera ocasión, esta fue conjurada por Bono, que estuvo enorme. A partir de ahí, el Sevilla dominó una primera parte en el que el dominio del balón por parte de uno de los equipos era sinónimo de sufrimiento para el rival.
A los mandos de Jordán, el Sevilla fue arrinconando al Barcelona y la aparición del solista llegó por parte de Koundé. El central ya avisó a Ter Stegen a los 19 minutos y seis minutos después rompió la defensa blaugrana como si fuera mantequilla para superar primero a Busquets y luego retratar a Umtiti antes de batir a Ter Stegen.
El Barça sabía que Koundé era uno de los principales peligros del rival, especialmente en los balones aéreos. El equipo de Koeman evitó las faltas laterales y los saques de esquina del Sevilla durante casi todo el partido, pero lo que no imaginaron era que el defensa francés, en vez de romperles por la vía aérea, les destrozaría por tierra. Ese arrebato de solista en un partido de música ligera desequilibró el partido y el Barça sufrió pidiendo el descanso.