Contrarreloj a Tokio
“Es difícil ir a los Juegos, pero lo intentaré”, avisa María Vicente (19 años), que este mes competirá en dos pruebas
Sobre el tartán del Palau Sant Jordi de Barcelona, María Vicente logró el pasado lunes la victoria en los 60 metros vallas (8.41) en pista cubierta. “Llevaba buenos entrenamientos, podía haber hecho mi mejor marca, pero no pudo ser”, se lamentaba después, antes de ser reclamada para el control antidopaje. Así empezó un mes de vértigo de la atleta de L’Hospitalet que en marzo cumple 20 años y que no renuncia a participar en los Juegos de Tokio pese a su juventud.
Vicente competirá estos días en el Campeonato de España Sub-23. Justo después, en Madrid, tomará parte en el Campeonato de España absoluto donde espera conseguir la puntuación necesaria para acudir al Europeo de Polonia de primeros de marzo. “Participaré en el heptatlón y quiero hacer mi mejor marca”, avisa.
Hace justo un año, después de la temporada de pista cubierta, la catalana decidió cambiar radicalmente de lugar de entrenamiento. Dejó L’Hospitalet por San Sebastián para trabajar con Ramón Cid (exatleta especialidado en triple salto). “Decidí que necesitaba un cambio, pero con apenas cinco días en Donosti tuve que volverme a casa por la pandemia.
Seguí con las ganas que tiene alguien cuando empieza algo nuevo. Estoy muy contenta con el cambio, aprendo cosas de Ramón y de mis compañeras. La ciudad me gusta mucho y tengo ganas de disfrutar”, valoró la atleta, campeona mundial y de Europa Sub-18 y continental Sub-20 de heptatlón, llamada a ser una referencia en su especialidad.
“La COVID-19 ha sido una desgracia, aunque a nivel deportivo que los Juegos se aplazaran un año me da margen”, comenta, aunque deja claro que a día de hoy es un objetivo difícil en el que trabaja a contrarreloj. “Es muy complicado, pero lo intentaré. No quiero desperdiciar ni una oportunidad, los Juegos no son cada año. Quiero intentarlo en el heptatlón”. Para poder estar en Tokio, Vicente necesitaría mejorar su récord de España de 6.115 puntos a unos 6.300, una evolución que pasa, sobre todo, por mejorar el lanzamiento de peso y jabalina y el salto de altura. “He podido prepararme mejor”, vaticina. En unos meses saldrá de dudas.
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