Carlos Sainz arranca fuerte
Los primeros entrenamientos libres de un Mundial de Fórmula 1 que comienza a finales de marzo y termina a mediados de diciembre no son todavía lo suficientemente fiables para llegar a conclusiones rotundas. De hecho, ni siquiera la carrera de mañana será definitiva. Pero esta toma de contacto inaugural sí transmite algunas sensaciones. Empiezo por las más cercanas, las de los pilotos de casa. La expectación es máxima para el aficionado español por una doble razón, por el fichaje de Carlos Sainz por la mítica escudería Ferrari y por el regreso del bicampeón Fernando Alonso a la F1. Y el pálpito ha sido radicalmente diferente. Mientras que Sainz ha arrancado fuerte, con el cuarto mejor tiempo, a 3 décimas de Max Verstappen y a 45 milésimas de los Mercedes; el rendimiento de Alonso, 15º, hace pensar que hay bastante trabajo todavía pendiente con el Alpine. Sus respectivos resultados dejan dos conclusiones iniciales. Por un lado, la rápida adaptación de Sainz al Cavallino. Por otro, la sospecha de que el Renault, que el año pasado se subió al podio, ha dado marcha atrás.
Más allá del dúo español, los lances de ayer presentan a Verstappen como el hombre a batir y el máximo candidato a la pole, a la par que rescatan a Hamilton y Bottas para la lucha, si es que alguien había dudado realmente de que no iban a estar en ella tras los engañosos test de pretemporada. Si se cumplen los vaticinios de un duelo Mercedes-Red Bull durante el curso, con Checo Pérez también metido en una pelea a cuatro, hay que ver cómo queda esa segunda fila de aspirantes a podios ocasionales, o quizá a alguna victoria puntual. Ahí es donde entra Ferrari, con el inspirado Sainz y el siempre pujante Leclerc. También McLaren, con Norris y Ricciardo. Quizá Aston Martin, con Vettel y Stroll. Y ya veremos si Alpine… De momento, no lo parece. Pero esto acaba de empezar. O ni eso.