La Real “Es la excelencia y el camino del cielo, algo muy importante”
—¡Cuánto tiempo esperando la gran final!
—Pues un año por la pandemia, y casi toda una vida para muchos realzales que no vieron la anterior. Pero estoy muy orgulloso de que haya llegado cuando tenía que hacerlo, y en el proceso para ello hemos tenido la gran suerte de contar con un gran presidente, que es el mejor fichaje que ha tenido la Real en la historia, porque no nos podemos olvidar de dónde veníamos. Aperribay ha sido capaz de contagiar e ilusionar a todos los aficionados. Ahora tenemos una raza de jugadores increíbles, jóvenes... Como me sale sangre azul y blanca cuando me corto, estoy con muchas ganas de vivir ese día.
—¿Es optimista?
—Por supuesto. Siempre lo soy, y tengo superclaro que son rivales y amigos, aunque uno llorará de pena y otro de alegría. Es increíble lo que están haciendo estos dos clubes.
—¿Qué supone la Real para usted?
—Es superimportante. Un equipo cuyo comportamiento no ha podido ser más ejemplar. Nos ha enseñado cosas increíbles, más que nunca tenemos que ser de la Real al máximo, porque tenemos la oportunidad de repetir la gesta de hace 34 años. Las formas de la Real son las que me gustan. Y me ha enseñado a vivir la vida con ilusión y con carácter innovador. Cogeremos la Copa y brindaremos.
—¿Qué supondría para usted que la Real gane la Copa?
—Sería uno de los momentos más bonitos de mi vida. La Real es la excelencia y el camino del cielo, algo muy importante en mi vida. Es parte del trampolín que me ha llevado donde estoy. Y se gana el cariño de todos por ser todos superauténticos. —¿Cómo cocinaría una final que termine con la victoria de la Real?
—Cocinaría una ostra con jugo de olivas verdes, col con un crujiente de lechuga de mar, luego haría unas láminas de vieira sobre un fondo de clorofila de perifollo y perejil, también haría una royal de berros con moluscos al natural, una cigalita a la brasa sobre fondo marino al anís, y una chuleta de cordero de leche con cebolla dulce trufada con tuétanos y picatostes, y como postre, un limón con jugo de albahaca y judía verde, y por último regarlo todo con un txakoli de nuestro amigo Arguiñano, que es el más grande e igual de realista que yo. Con eso cocinamos y ganamos sin duda.
—¿Se puede decir entonces que la Real es un plato con fundamento, bien aliñado por Imanol?
— (Sonríe) Pues mira, sí. Porque Imanol es un tío con mucho garrote que tiene superclaro el trabajo y la actitud, coraje y ganas, que se lo transmite a los futbolistas. Son todos de pata negra.
Y nosotros, los aficionados, no podemos pedir más.
—¿Se atreve a cocerme un pronóstico?
—Sí, que gane la Real. 1-2 o 2-3. Que haya muy buen ambiente y que brindemos todos. Toca vivirlo con la familia en casa, y aunque sea en la