Noche negra del
El tanto de Acuña da la victoria al conjunto andaluz ● El Atlético reclama mano previa de Ocampos en el gol
El Atlético cayó ante un Sevilla que se mostró superior durante casi todo el partido. El gol de Acuña, precedida de una mano de Ocampos en la recuperación de balón, derrotó a un equipo rojiblanco que lo intentó hasta el final. En el descuento Bono salvó a su equipo con una gran parada a remate de Correa. El conjunto del Cholo pierde ventaja y tiene cada vez más cerca a sus perseguidores. Entre Navas, Acuña y Bono derrrotaron a un Atlético que tampoco estuvo fino de cara a la portería rival. Los rojiblancos se marcharon muy enfadados con la labor arbitral porque el tanto que decidió el choque vino precedida de una mano muy clara.
Al Atlético se le hizo muy larga la primera media hora de partido, en la que el Sevilla se mostró superior al conjunto madrileño. El equipo andaluz acorraló por momentos a un Atlético al que le costó mucho tener la pelota y quitarse la asfixiante presión de su rival. El Sevilla salió a por todas y cargó el juego por la banda derecha, donde Suso y Navas le buscaron las cosquillas a Lodi. El Cholo, que tuvo la baja de última hora de Savic, volvió a poner una defensa de tres centrales (Giménez, Felipe y Hermoso), con dos carrileros, Trippier y Lodi.
El Sevilla jugó con su esquema habitual y el encuentro se le pudo poner de cara casi al iniciarse el choque. El colegiado señaló penalti por un pisotón de Saúl a Rakitic y Oblak adivinó el lanzamiento de Ocampos. En la anterior jornada ya detuvo otro, en esta ocasión frente al Alavés. Oblak sostuvo al Atlético en esa primera media hora donde el Sevilla metió a los rojiblancos en su área. Cierto es que sin grandes ocasiones de gol. Pero cuando el
Sevilla puso a prueba al cancerbero rojiblanco, éste respondió.
El Atlético intentó estirarse y lo hizo cuando Lemar tuvo la pelota. El propio Lemar y Koke dispararon desde lejos, pero no fue problema para Bono. El Cholo cambió el rumbo del choque en el minuto 33, cuando quitó a Lodi del campo y entró Correa, con lo que el equipo madrileño pasó a jugar con un 4-42. Pareció milagroso, puesto que a partir de ese momento se vio a otro Atlético, mejor posicionado, tocando algo más la pelota y buscando la banda derecha, por donde Trippier centró un par de veces con peligro, aunque no encontró a Luis Suárez en la boca de gol.
El Atlético había solventado los mejores minutos de juego del Sevilla y llegó al descanso con la idea de que lo mejor tenía que llegar. En la reanudación, la tónica