Rebelión Asgreen
El danés del Deceuninck gana el Tour de Flandes tras derrotar a los favoritos Van der Poel y Van Aert
Kasper Asgreen se convirtió en nuevo rey del Tour de Flandes. El danés, segundo en 2019, le arrebató la corona a un Van der Poel al que derrotó en el esprint final para apuntarse su primer Monumento. En una cita que parecía reservada a los ‘tres fenómenos’, Van der Poel, Van Aert y Alaphilippe, Asgreen fue el protagonista con justicia. Primero, cuando el campeón del mundo francés le cedió la iniciativa al saber que era el más fuerte del equipo belga. Y después, por aguantar los ataques salvajes de Van der Poel, algo que no pudo lograr ni siquiera Van Aert.
El neerlandés se debió oler que Asgreen, ganador de la E3 Harelbeke, andaba fino cuando, en el segundo paso por el Oude
Kwaremont, aún con 55 km por delante, fue el único que se soldó a su rueda cuando lanzó un ataque fortísimo. No sirvió para romper la carrera, ya que Van Aert reaccionó, pero sí para que se enseñaran las cartas.
La dupla volvió a destacarse en el Paterberg y ambos formaron parte del sexteto que se formó en cabeza junto a Van Aert, Alaphilippe y dos Bahrain, Haller y Teuns. También Turgis pudo unirse tras un esfuerzo extraordinario en el Kruisberg. Dos equipos contaban con la posibilidad de usar la estrategia al llevar a dos hombres en el corte, el Bahrain y el Deceuninck, la ‘manada de lobos’ belga, como se hace llamar la formación, que se puso manos a la obra. Alaphilippe, que lo había probado sin suerte, se dedicó a controlar y cedió el papel protagonista a Asgreen para intentar romper la carrera. Lo logró, aunque se llevó a la peor compañía posible: Van Aert y Van der Poel.
El trío llegó al viejo Kwaremont, en su tercer y último paso a unos 17 km de meta. Van der Poel aprovechó sus rampas para acelerar con esa potencia sobrenatural que le caracteriza, la misma que mostró en la pasada Strade Bianche con un ataque salvaje en Santa Catarina. Asgreen, que en un primer momento no pudo soldarse a su rueda, reguló bien para alcanzarle en el llano. Cuando ambos miraron hacia atrás vieron el rostro derrotado de Van Aert. La carrera era cosa de dos.
Y se la jugaron en la última recta. Van der Poel delante, controlando, esperando el momento de lanzar el esprint con una estrategia calcada a la que le dio el triunfo el año pasado ante Van Aert. Asgreen, a su rueda, con confianza. “Me sentía francamente bien para disputar el esprint”, reveló luego. Y lo demostró. Aguantó la bestial arrancada de Van der Poel hasta el punto de que en unos pocos metros se puso a su altura. El neerlandés, en ese momento, agachó la cabeza. Debía rendir pleitesía al nuevo rey de Flandes, un Kasper Asgreen, segundo ganador danés tras Sorensen en 1997, que superó a los tres fenómenos.
En forma Asgreen respondió a los salvajes ataques de Van der Poel