AS (Las Palmas)

■ Una Real muy joven

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—¿Qué le ha dolido más de lo vivido tras su denuncia?

—La declaració­n del señor Tebas. Lo leí y me reí. No sé cómo explicarlo. Si hubiera dicho que no tienen pruebas de que Cala haya dicho eso, bueno, pero él lo que dijo es que yo había malentendi­do… y es bastante raro y especial decir eso. No puedo decir todo lo que hay, porque está en la investigac­ión. Pero ellos sí lo saben y no puede decir eso.

—¿Ha visto el informe de la LIga?

—Yo no. Pero sé lo que hay.

—¿Le sorprende que, con 17 cámaras, no haya imágenes ni sonidos que confirmen su acusación?

—Es algo que tampoco entiendo. En el fútbol de ahora sale todo. Las conversaci­ones entre los jugadores, hay gente que lee los labios… no he entendido que no haya más pruebas, la verdad. Pero, ¿qué puedo hacer yo? Nada. Solo decir la verdad, que es lo que estoy haciendo. No entiendo que todas las imágenes sean de lejos, que no haya ninguna cercana.

—El caso está en manos de un juez, ¿le ha llamado?

—No, de momento no. Pero ese día espero que llegue, porque para mí es muy importante poder decirle a un juez la verdad. Si cometes errores, tienes que pagar. Debe ser así la vida. Si yo hablo mal, me tienen que castigar. Espero que hagan todo lo posible para descubrir la verdad.

—¿Qué pruebas llevarán?

—Eso es tema de los abogados del Valencia.

—¿Estaría dispuesto a mantener un cara a cara delante del juez con Cala?

—Claro, claro. Yo no tengo miedo. Yo reitero lo que entendí, porque lo entendí muy bien. Llevo casi tres años en España y entiendo casi todo. Y ese tipo de palabras, más. No son palabras complicada­s de entender.

—A Cala le ampara la presunción de inocencia.

—Sí, claro. Yo eso lo entiendo. Si no salen pruebas, son dos versiones. Si no salen pruebas, no creo que salga sancionado. Eso es lógico. Pero vamos a ver. Yo espero que salgan pruebas y que se haga todo lo posible para encontrar esa prueba.

—Imagino que en algún córner le habrán insultado. Explíquele a quienes no lo entienden la diferencia entre un “lance de juego” y “negro de mierda”.

—Mira, todos en el campo queremos ganar y a veces nos enfadamos. Cada uno tiene su reacción. En los campos hay insultos y lo que pasa en el campo, se queda en el campo... pero no todo. Nunca se puede hacer daño por el color de tu piel. Eso no puede entrar en la cabeza de nadie. El fútbol es un juego, pero con el tema racial no se puede jugar, porque hay una historia social detrás. Un hombre tiene que respetar la raza de otro. Eso no podemos pasarlo por alto.

—¿Cree que ese tipo de menospreci­os es racismo o entiende que puede ser falta de conciencia social y educación de lo que significa atacar a una persona por su raza?

—Son las dos cosas y por eso no se pueden tolerar. Hay racismo en la sociedad y en todos los países. No es un caso de España. Pasa en España, en Inglaterra, en Francia, en todos los lados. Por eso es algo que tenemos que erradicar. La gente tiene que pensarse mejor cuando dice algo, todos somos humanos e iguales. Yo también tengo amigos de todos los colores. Yo a Cala no lo conozco personalme­nte, no puedo decir que sea racista, no lo conozco, pero ha dicho una palabra racista y por eso tiene que pagar, porque si dejamos pasar esas cosas… no vamos a erradicar jamás el racismo en la sociedad. Insisto, yo a Cala no le conozco y no puedo decir que sea racista. Pero ha dicho una palabra que se tiene que pagar, como debería pagar yo si cometo un error como ese.

—¿Entiendo que espera una sanción para Cala?

—Claro. Tiene que haberla para dar un ejemplo a la sociedad. Si no hay sanción es como decir que podemos decir lo que queramos y así no vamos a luchar para erradicar el racismo. Se habla mucho de

stop racismo pero se buscan pocas soluciones. Hay que ser duros con esos errores.

La Real es el octavo equipo de las cinco grandes ligas con la media de edad más baja (25,1 años), según un estudio del CIES Football Observator­y. El Niza está el frente, con 23,5.

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