El Atlético se crece en las Ligas al esprint

El Atlético tiene cinco finales para conquistar la Liga más igualada de la última década, donde hasta cuatro equipos pueden ganarla. Los colchoneros sumaron 50 puntos de 57 en la primera mitad del torneo, pero luego han protagonizado sonoros pinchazos. Aunque si algo ha demostrado el equipo es que se crece ante la adversidad. “Estamos fastidiados, pero confiamos en ganar los cinco partidos”, avisó Koke. Echando la vista atrás, encontramos un dato curioso: el Atleti ganó nueve de sus diez ligas en la última jornada. La excepción fue en la 76-77, donde se la llevó en el penúltimo partido, con un empate en el Bernabéu el día de San Isidro. Es decir, el equipo rojiblanco está llamado históricamente a sufrir en los tramos finales.

Esta tendencia nació en 1939-40. En la última jornada los colchoneros ganaron cómodamente al Valencia (2-0) en Vallecas, con goles de Campos y Elicegui.

Sólo una campaña después, la historia se repitió. El Atlético Aviación ganó 3-0 al Oviedo y ese resultado le valió para sacar una ventaja de dos puntos al Athletic.

En la 49-50, el Atleti, con Helenio Herrera al mando, cerró la Liga con un 4-4 ante el Valencia, que acechaba a dos puntos, y salió campeón. Esta tradición volvió a ocurrir al año siguiente, con un 1-1 ante el Sevilla y un gol de Ben Barek que valía otro campeonato. El sufrimiento del Atlético para celebrar éxitos en Liga seguiría con el transcurso del tiempo. Tras 15 años sin un título, en 1966 los pupilos de Balmanya lograron una gesta en la última jornada ante el Espanyol (0-2), con goles de Griffa y Ufarte.

Los entrenadores cambian, los jugadores salen y entran, pero estos desenlaces se repiten. En la 6970, con un 0-2 en Sabadell; en la 72-73, con un 3-1 al Deportivo; más recientemente, en la 95-96, una Liga que comandó el Atleti de principio a fin y que no pudo festejarse hasta el triunfo del último día sobre el Albacete (2-0); y en la 2013-14, con un 1-1 en el Camp Nou, una final por el trono que resolvió un cabezazo de Godín.

Simeone es un buen exponente de esta tendencia sufridora. El argentino participó como jugador en la Liga del Doblete de Antic (y marcó ante el Albacete) y como entrenador dirigió al equipo de la última Liga conquistada. Ahora lucha por otra que lleva un camino similar: para ganarla habrá que pelear hasta el último minuto.

Al límite Simeone conquistó así una como entrenador y otra como jugador