Tocando la playa
Messi adelantó a un Barça al que le faltó ambición ● Los blaugrana ya no dependen de sí mismos
que el Barça. Dijo Koeman que no pensaba tocar lo que funcionaba y que no le iba a mediatizar que cuatro titulares indiscutibles estuvieran a una tarjeta de perderse el próximo partido. Los puso en liza y en ese sentido la apuesta fue un éxito. No fueron amonestados, pero igual era mejor una tarjeta y ganar.
El Barça salió a jugar dando la sensación de que era un día más en la oficina. Lejos de salir a todo tren, el equipo blaugrana salió a madurar un partido que esta temporada ha perdido muchas veces. Lo volvió a perder.
De entrada, el plan salió medio bien, porque está Messi, claro. Su gol en el minuto 24 tras una asistencia de Griezmann pareció que abría la puerta a la gloria. El resultado de un ejercicio de paciencia. El argumento de Messi era la
Tras caer ante el Granada, el Barça ya depende de un tropiezo del Madrid si quiere ganar LaLiga. Los azulgrana están igualados a los blancos a 71 puntos, pero tienen perdido el goalaverage. Al Atlético sí lo superarían si gana todo. principal y única amenaza de un equipo que parece haber llegado a la conclusión de que el éxito pasa más por la solidez que por la ambición. Y eso no deja de ser una traición al estilo de una cultura que cuando ha ganado ha sido siendo ambiciosa y agresiva.
Ante el Granada, el Barça apostó por la prudencia, nunca intimidó, se limitó a controlar un partido ante un rival incontrolable y rebelde que en dos latigazos en la segunda parte rompió todos los sueños culés y le demostró al Barça que la orilla está más lejos de lo que se creía. De momento, se ha vuelto a ahogar cuando tocaba la pared. Y la culpa es suya, por dejar de nadar.