Laporta Cree en su fichaje por motivos deportivos, económicos, y por Messi

de marca del Barça. Segundo, subiría el nivel de una plantilla a la que Koeman ha devuelto valor y vigor. Y tercero, le haría un guiño inmejorable a Messi, que sueña con reencontrarse con el brasileño desde su marcha en 2017.

Por su regreso, la plantilla le planteó incluso a Bartomeu la posibilidad de bajarse el sueldo. Señal de que en el vestuario Neymar sigue siendo un personaje muy querido.

El Barça estima que, si hace bien los deberes con las ventas, podría llegar a tener hasta 100 millones de euros para fichar según informó la pasada semana La Vanguardia. Joan Laporta se reunió el pasado 3 de marzo, antes incluso de ser presidente, con Pini Zahavi, el representante que, junto al padre de Neymar, tejió su fuga al PSG. Hablaron de futuro. Neymar siempre ha tenido en la cabeza volver a Barcelona. No está tan desesperado, sin duda, como en 2019, donde no soportaba una ciudad, París, que además le estaba haciendo daño personalmente. Pero ya ha dicho públicamente que, “de la manera que fuese”, tenía que jugar con Messi la próxima temporada.

Se abre, pues, una nueva temporada de la serie “Neymar”. Su regreso no parece sencillo. Aunque termine contrato, el PSG es un club orgulloso y no pondrá fácil su salida, menos si Mbappé vuela a Madrid. Pero Neymar también puede apretar, y un año de un jugador a disgusto no es buen negocio.

Quedaría por resolver el impacto social del regreso de Neymar. Para un porcentaje del barcelonismo, el equipo perdió sonrisa y fútbol sin él. Para otro porcentaje, su marcha sin previo aviso fue imperdonable. También judicializar al club. El brasileño es “responsable” de la primera condena oficial en la historia del Barça, que como club admitió dos delitos fiscales. El debate está abierto. O mejor dicho, sigue abierto.