El Villarreal, a un paso
El Submarino se juega en Londres entrar en su primera fin
El entorno del Villarreal lleva siete días angustiado, con cierto pesimismo alrededor, por no haber sentenciado al Arsenal en la ida, por el penalti inventado en La Cerámica, por las bajas de Foyth (lesionado) y Capoue (sancionado), por el hecho de que Aumabeyang y Lacazette están de vuelta, por la carga y superstición que supone haberse quedado tantas veces en la orilla... Pero la realidad es que el pasado importa poco, que el Submarino va en ventaja (2-1) y que Pau, Parejo, Chukwueze y Gerard juegan de amarillo. ¿Quién no lo hubiera firmado?
Será una noche para valientes. Y Mario y Coquelin, recambios de las bajas, no son dudosos.
Ellos reforzarán un equipo titular en el que no se descarta algún as en la manga de un estudioso como Emery. Acusado por una mayoría de seguidores de amarrategui hace una semana, con todo a favor, es tan poco influenciable como previsible. Su apuesta más lógica, en un escenario donde marcar se antoja necesario, sería la de apostar por Alcácer. Sin embargo, sus intermitencias dan opciones a Bacca (dos Europas League) e incluso a Moi (tres pulmones).
Los onces Arteta tira de Aumabeyang y Tierney y Emery, de Mario y Coquelin
El plan de Arteta será el de dosificar. Sabedor de que su equipo no necesita una heroicidad, sino simplemente un gol, gestionará sus recursos con inteligencia. El técnico donostiarra ha podido vaciar la enfermería, pero no pondrá a toda su artillería de inicio por falta de gasolina. Tierney y Aubameyang parecen fijos. Lacazette apunta a un banquillo al que regresará Odegaard por lo visto el fin de semana. Ceballos aún sigue maldiciendo su roja en Vila-real.
Ahora, analizadas las pizarras, sería el momento de recordar estadísticas y de mentar a Riquelme y una revancha latente. No es el día porque no es uno más. Lo más sensato es refrescar la memoria, como mucho, con lo inmediato: Villarreal y Arsenal vienen de coger carrerilla en liga. El resto nos lleva al futuro. A la posteridad. El Arsenal se juega el prestigio, poder jugar la Champions antes que una Superliga y que a su dueño no le hagan una moción. Lo del Villarreal no tiene que ver con la fama ni con el reconocimiento a una gestión que ya es ejemplar. Es mucho más. Va de darle a 50.000 fieles la mayor alegría de sus vidas. Después, llegarán otras y más grandes, pero la inolvidable es ésta. La primera vez nunca se olvida.