“Luis Enrique, sin duda, es mi padre futbolístico”
El punta atiende a AS tras marcar su primer gol con el Ibiza. Seguirá dando guerra “hasta que el cuerpo aguante”.
Manuel Agudo Durán, conocido como Nolito (Sanlúcar de Barrameda, 1986), derrocha humildad por los cuatro costados. Con un currículum muy exitoso, siempre mantiene vivos sus orígenes. Se siente un afortunado por haber podido ser futbolista y espera seguir todavía varios años más en el alto nivel.
—-Marcó un gol después de seis meses. ¿Cómo se siente?
—-Contento y feliz. Poco a poco estoy consiguiendo disfrutar del fútbol de nuevo. Ahora intento ayudar al Ibiza y poner mi granito de arena. Estoy feliz por la victoria y por el gol. —-Dijo en su presentación con el Ibiza que no dudó en fichar. ¿Qué le sedujo?
—El presi me dio confianza, algún compañero como Goldar, también, y al final no dudé en venir aquí. Consulté con la familia, me dieron el ok y para adelante siempre. Me queda fútbol todavía en las botas y quiero dejarlo en un club humilde como este.
—Hablando de fútbol, ¿qué le ha dado este deporte?
—Un privilegio del que, a día de hoy, sigo viviendo. Mira, yo he jugado gratis y ahora me pagan mucho dinero por lo mismo. Tengo conocidos que curran más de ocho horas por poco más de mil euros, ¿cómo no me voy a sentir un afortunado y un privilegiado? —¿Recuerda qué hizo con su primer salario?
—-Creo que fueron 800 euros, con 15 años. 600 fueron para Sanlúcar de Barrameda y 200 me los quedé yo en Valencia. Parecía que había cobrado un millón de euros. Fue un momento muy feliz, la verdad. —De todos los entrenadores que ha tenido, ¿cuál le ha marcado más?
—-Me quedo con Luis Enrique, sin duda alguna. Los años que he estado con él ha sido mi padre futbolístico. He aprendido mucho con él. Me ayudó en un momento de mi carrera en el que todo pudo haber pasado: desde ir hacia arriba hasta caer en picado. Él ya lo sabe personalmente y públicamente. Para mí, es mi padre deportivo. Tengo muchas cosas que agradecerle, tanto yo como mi familia.
—-¿Hay Nolito para rato?
—-Bueno, le pido a Dios que me deje jugar algunos años más dejándome como estoy. Nada más, pero tampoco menos. Que se acuerde de todo el mundo y que a mí me deje tranquilo. Jugaré hasta que mi cuerpo aguante
—-Las retiradas cada vez son más tardías...
—Llevo muchos años haciendo esto y es una adrenalina. Es el
mono, como yo digo. Ojalá pueda alargarlo algunos años más. Y cuando el cuerpo me diga ‘hasta aquí’, pues con todo el dolor de mi corazón lo dejaré. Todo tiene su fin.