AS (Las Palmas)

Valverde de Riazor a top Mundial

- C. A. FORJANES / MADRID

Hace cuatro años, el Halcón era Pajarito en el Depor y como suplente descendió a Segunda

EI 20 de mayo de 2018, Fede Valverde regresaba a la coqueta casa que había alquilado en A Coruña junto a sus padres, cabizbajo. Su temporada de estreno en Primera, cedido en el Depor, había terminado con doble puñetazo al estómago: suplencia en Mestalla en esa última jornada 38 y descenso a Segunda del equipo blanquiazu­l...

Cuatro años más tarde, por cambiar ha cambiado hasta de apodo. Ya no es Pajarito, ahora su plumaje es de Halcón. De suplente en Riazor a ídolo del Bernabéu, con un inicio de temporada estratosfé­rico en el que ha marcado en el primer derbi y el primer Clásico del curso. El madridismo ahora ve un equipo movido al tamtam de la energía del charrúa...

Interior.

El paso de Valverde por Galicia fue una experienci­a en la que aprendió los rigores del fútbol profesiona­l. Para empezar, tuvo que moverse de posición. A diferencia del Castilla, donde actuó con mediocentr­o con Solari, en el Deportivo de Pepe Mel pasó a la titularida­d como interior izquierdo, una posición en la que no terminó de lucir. Luego, con el sustituto en el banquillo coruñés, Cristobal Parralo, en un 1-3 contra Las Palmas decidió que Fede fuera el lateral derecho desde el minuto 25 por la expulsión de Juanfran. Un papel de dos que luego repetiría Zidane tres años más tarde en Anfield en uno de los partidos más sorprenden­tes de Valverde.

Aquel año gallego fue un salpicón de problemas. Cristóbal también fue destituido y el propio centrocamp­ista uruguayo sufrió una lesión de rodilla que le tuvo parado mes y medio justo en el tramo de febrero y marzo. Tampoco pudo llamar la atención del Madrid, porque no pudo jugar ninguno de los dos partidos contra los blancos por la cláusula del miedo...

Aquel era un Valverde con altibajos físicos producto de su edad y con propensión a ofuscarse si las cosas no le salían. Todo eso le acompañó en sus primeros tiempos en el Madrid. Lo ha ido solucionan­do con coaching y también siguiendo una nutrición más estable. “Los entrenador­es que he tenido me han ido puliendo, también en lo mental”, explicaba la semana pasada en una entrevista en su país.

Ahora, Fede domina la escena, para gusto de Ancelotti y también de Diego Alonso. Uruguay se plantará en el Mundial teniendo a la última generación dorada (Godín, Luis Suárez y Cavani) en la recta final y con dos jóvenes despuntand­o: el propio Valverde y Ronald Araújo. La ausencia por lesión del culé pone sobre las espaldas del Halcón ser la sangre nueva que porte el tradiciona­l empuje de la Celeste. Porque como decía Kroos tras el Clásico, “Fede es un top3 del mundo ahora mismo”. Todo empezó torcido en Riazor, pero ahora va viento en popa en el Bernabéu.

Ahora, ídolo blanco y vuela hacia el Mundial

Problemas En A Coruña sus técnicos le usaron de interior izquierdo y hasta de ‘dos’...

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Valverde fue suplente en el Depor.

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