“El Rayo es un equipo guerrero, que da la lata”
Fran García
El lateral zurdo (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, 23 años) lleva pleno de minutos con el Rayo y es imprescindible para Iraola. Vivirá un partido especial contra el Atlético por su pasado madridista y su vínculo familiar con Koke.
—¿Con qué sensación se quedaron tras el 0-0 ante el Geta?
—Amarga. Sentimos que nos quedó algo pendiente. El trabajo está bien hecho y debemos seguir así. Dará sus frutos.
—¿Les está costando más ganar que el pasado curso?
—El año pasado éramos los nuevos, pero nos hemos ganado ese derecho a que nos tengan controlados, cierto miedo… Eso habla bien de nosotros. Somos un equipo que da mucho la lata, guerrero… Que los de arriba crean que podemos dar la sorpresa habla bien del grupo.
—¿Y pueden darla hoy?
—Sí. Podemos hacer daño a todos los equipos. Necesitas mayor concentración, pero nosotros tenemos nuestras armas.
—Su última visita al Metropolitano estuvo marcada por un brote de COVID. ¿Hay ganas de sacarse esa espina?
—Sí, esta es la buena. El año pasado yo salí de cuarentena dos días antes del partido y muchos, en la previa. Eso se notó y hubo bajas importantes. Esta vez el equipo llega fuerte.
—Hábleme de Carrasco...
—Cuando me tocó marcarle me pareció un jugador de nivel mundial. Igual no se le escucha tanto como a otros, pero fue una de mis marcas más complicadas. Me hizo sufrir.
—¿Qué jugador del Atlético le llama más la atención? —¡Correa! Me decían mis amigos que lo iban a fichar para el comunio (risas). A lo mejor no es titular, pero es determinante y astuto. También me gusta Koke. Es un jugadorazo.
—Además, son familia.
—No tengo mucho trato con él, pero con su familia sí he compartido más momentos. Mi abuela Wence es prima hermana de su abuela, Matilde, que fue la madrina de boda de mis abuelos y la de mi padre José en la comunión. Una vez que vine al Torneo de Canillas con el Real Madrid, como era muy temprano, me quedé en su casa a dormir y creo que Ana, la madre de Koke, me llevó a jugar.
—Y Koke es vallecano...
—Su familia es del barrio y a veces iba para Bolaños. Cuando nos vemos nos preguntamos y nos damos recuerdos.
—Ambos salieron de un barrio o un pueblo humilde y están en la élite.
—He tenido suerte y he trabajado duro. Al final, se ve la punta del iceberg, pero debajo hay mucho y la gente no sabe lo que has pasado para llegar ahí.
—¿Cómo era de niño?
—El típico que salía de clase y estaba deseando hacer la tarea rápido, o ni la hacía, para irse a las canchas hasta la cena. Entonces sí me tocaba hacer los deberes (risas). Vengo de un pueblo y allí te vas a jugar a la calle, con un balón o una lata. Cualquier cosa valía.
—¿De qué equipo eran los chavales de Bolaños?
—Sobre todo de Madrid y Barça. Hay mucha gente que, con los últimos años del Cholo, se ha hecho del Atleti, tomando esa filosofía del partido a partido como estilo de vida.
—¿Y cómo recuerda los derbis con el Atlético vistiendo la camiseta del Madrid?
—Vivir estos partidos es especial. He tenido la suerte de jugarlos como madridista y como rayista y eso no cambia. Recuerdo uno en la Youth League contra Mollejo y Riquelme.
—Falcao y Camello tienen pasado rojiblanco...
—El Rayo siempre se ha alimentado de la cantera de Madrid y Atlético. Es un club trampolín, que ha dado a conocer a grandes, como De Tomás.
—¿Conocía a Raúl?
—Sí, de una pretemporada con el Castilla. La gente lo criticaba, pero cuando le descubres te llevas una grata sorpresa. Da la apariencia de un tío prepotente y luego es súper sensato, se puede hablar con él… Es un tío de lujo.
—En verano se habló de su futuro y sigue en Vallecas.
—Había alguna opción de salir, pero tenía contrato con el Rayo y estoy encantado. Este proyecto siempre me ha gustado y me siento como en casa. Le doy mucho valor a eso.
—¿Qué le da el Rayo?
—Entras en Vallecas y el cuerpo lo sabe. Se nota cuando la gente aprieta. Después de los partidos siempre me tomo algo en el mismo bar cerca del estadio. Eso es sagrado.
—Siempre con humildad...
—Nunca se debe perder. Ni la sonrisa, Isi es un ejemplo.
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