Pellegrini celebra la mezcla de Guido y Carvalho
Los dos mediocentros sostienen el juego bético
Juntos, más fuertes.
Todos los equipos que se precien deben definirse a través de sus mediocentros. El Betis reivindica la tradición y la autoridad de una figura que precisa aunar distintas virtudes al mismo tiempo. Se pide orden, visión de juego, desplazamiento de balón y sentido de la ubicación. Además, conviene ahora tener cierta presencia física y hasta capacidad de llegada. El Betis puede presumir de contar con dos futbolistas en esa posición que dominan muchos de estos aspectos del juego y que se complementan con una madurez arrolladora. Lo que no tiene Guido Rodríguez (28 años) sí lo tiene William Carvalho (30 años). Los dos participan en la construcción, baten líneas con sus pases y se relacionan a distintas alturas, pero el argentino es un jugador más metódico y posicional a diferencia del recorrido y creatividad técnica que luce el portugués. Guido protege la espalda de William y éste se lanza al ataque. El partido ante el Almería, además del doblete de Carvalho, dejó una imagen potentísima de esta unión. Entre ambos sumaron 142 intervenciones, intentaron 117 pases (38 del portugués en campo rival), recuperaron 12 balones y pusieron coto a las transiciones del Almería, como se vio en una cobertura de Carvalho ante la llegada de Mendes o en un corte de Guido a El Bilal Touré en el primer tiempo. Pellegrini aplaude una sintonía que se pudo haber roto en el verano por las penurias económicas del Betis. Por fortuna continúan juntos.
Cultura peligrosa LaLiga ha visto ya 35 expulsiones en 90 partidos, una cifra muy alta
El faro de Míchel. En el Girona también se benefician de la jerarquía de uno de sus centrocampistas. A sus 25 años, Aleix García
encaja como un guante en el discurso de Míchel. Desde la base como le tocó más en la segunda parte frente al Cádiz
o más entre líneas, organiza los ataques con cambios de orientación, entregas verticales o pases de control. No para de moverse, de apoyar o estirar, de abrirse o cerrarse.
Es el lanzador del balón parado y se anima en el disparo. Los números de Aleix García ante el Cádiz representan las cualidades que se le atribuyen. Firmó 104 toques, dio seis pases claves e hizo cinco disparos. El centro a Stuani en la jugada final del penalti que permitió el empate del Girona proclamó su importancia estructural. Nada es flor de un día. Por algo figura entre los jugadores de LaLiga que más pases realizan en campo contrario (282) y con más precisión (90,4%).
Son demasiadas. Aunque esta jornada se haya aplacado la tendencia abusiva de las expulsiones en LaLiga, no deja de inquietar el dato de tarjetas rojas que aflora en la competición. Hasta la fecha se han visto 35 expulsiones en 90 encuentros, cifra disparada en comparación con ligas que llevan más partidos como son la Serie A (19), Bundesliga (18) o Premier (7). Solo la Ligue 1, donde se han sacado 43 rojas en 110 partidos, supera a LaLiga. La estadística remite a las excesivas faltas que se señalan (27 de media) y a la facilidad para amonestar (5,2 amarillas). La clave de todo apunta, por tanto, a una cultura arbitral en la que se pita mucho y en la que no se contemporiza con las tarjetas. Pero las pérdidas de tiempo siguen sin resolverse...