Todos contra los Warriors
Arranca la temporada NBA con los de San Francisco en el trono y muchos aspirantes
El 16 de junio, se puso el sol en el viejo Garden de Boston. Un resplandor que emanaba de la Bahía de San Francisco, al otro lado del país, deslumbró a Boston Celtics, un bloque marcial que acabó combado por esa certeza centellante que es Golden State Warriors. En esta NBA a la que se le caen las narrativas de los bolsillos, dos de las tres franquicias originales de la Liga se jugaron el título del 75 aniversario. En Boston, una de las ciudades madres de la NBA desde su nacimiento como BAA en 1946, la vieja dinastía verde de los Celtics se dio de bruces con la nueva dinastía posmoderna de los Warriors. De la contracultura de Oakland al acaudalado mainstream de San Francisco; de Silicon Valley a las canchas NBA.
En Boston, Stephen Curry, con 34 años, borró por fin el MVP de la final de su lista de cosas por hacer. Con él siempre como rey sol, los Warriors saltaron de dos años sin playoffs y en plena resaca post Kevin Durant al cuarto anillo en ocho años. La reinvención del equipo imposible, casi perfecto, que entrena Steve Kerr y lideran Curry, Klay Thompson y un Draymond Green que ha estropeado lo que era un clima idílico con su puñetazo a un compañero, el joven Jordan Poole que se acaba de llevar una extensión de cuatro años y 140 millones de unos Warriors que siguen con su revolución: vendidos en 2010 por 450 millones de dólares, valen ya unos 6.000. Y superarán, casi con toda seguridad, los 500 millones en salarios, entre sueldos e impuesto de lujo, en la temporada 2023-24. En este curso que arranca hoy, por ejemplo, dos equipos (Spurs y Pacers) no llegan a los 100 millones de masa salarial.
El trono dorado de los Warriors tiene muchos aspirantes. ¿Reales? Apenas un puñado… al menos a priori y después de un verano en el que la mayor noticia, por una vez, ha sido la ausencia de bombas atómicas: Kevin Durant y Kyrie Irving tuvieron un pie fuera de los Nets pero siguen en Brooklyn. Russell Westbrook no ha sido traspasado por los Lakers y continuará al lado de LeBron James y Anthony Davis, la repetición de un experimento que la temporada pasada fue una catástrofe. La demolición del proyecto de Utah Jazz, al menos, envió a Donovan Mitchell a los Cavaliers y a Rudy Gobert a los Timberwolves. Los Jazz (como Spurs, Pacers, Thunder…) arrancan con la vista puesta en el próximo draft, y en perder partidos para hacerse con el número 1. Llega la revolución francesa: Victor Wembanyama, el pívot/jugador total de 2,20 de altura y 2,31 de envergadura.
Doncic. Los Clippers, con Kawhi Leonard por fin recuperado, reaparecen como aspirante en un Oeste en el que Luka Doncic y sus Mavericks parten como subcampeones. Suns y Nuggets buscan su lugar en una jerarquía que parece más dura en el Este: los Bucks de Giannis Antetokounmpo, los Celtics de Jayson Tatum, los Sixers de Joel Embiid y James
Harden, los citados Nets o los Heat de Jimmy Butler.
La pelea empieza hoy y acabará en algún punto entre el 9 de junio, día del cuarto partido de la final, y el 18, cuando se jugaría un hipotético séptimo. El 9 de febrero es el trascendental cierre de mercado que dejará los equipos listos para unos playoffs que empezarán el 15 de abril, cuatro días después (11-14) del ya asentado play in en el que se deciden las dos últimas plazas para las eliminatorias en ambas Conferencias. El All Star viaja a Salt Lake City (17-19 de febrero) en la que puede ser la última temporada, veremos, sin ese torneo alternativo al estilo Copa de fútbol que tiene entre ceja y ceja el comisionado Adam Silver.
Fiesta El All Star se celebrará en Salt Lake City del 17 al 19 de febrero