AS (Las Palmas)

Dejen paso al campeón

España está virtualmen­te clasificad­a para el Mundial 2023 tras derrotar a Italia Enorme Jaime Fernández

- JOSÉ IGNACIO PINILLA PÉSARO (ITALIA)

Set y casi partido para España en su camino al Mundial. La Selección obtuvo ayer en un Vitrifrigo Arena de Pésaro a reventar (espectacul­ar estampa) virtualmen­te su billete para el torneo interconti­nental, que se celebrará en el verano de 2023 en Filipinas, Indonesia y Japón, después de doblegar a una Italia (84-88) con cinco Euroligas, en la visita más complicada ante el rival más duro del grupo L (ambos lideraban con un balance de 5-1) y a falta aún de tres partidos para cerrar estas Ventanas de clasificac­ión. Y lo hizo en un thriller, un duelo taquicárdi­co que se decidió en los últimos instantes de una prórroga que dominó Jaime Fernández. El base-escolta del Lenovo Tenerife cerró con 28 puntos, 9 en el último cuarto y 8 en una prórroga en la que no le tembló en el pulso: dos triples de dos intentos y otros dos de dos desde la personal para hacer claudicar a una brava Italia.

La majestuosa campeona del Eurobasket podrá así defender la corona, la segunda de su historia, conquistad­a hace tres años en el Wukesong Arena de Pekín. Será, además, su 13ª participac­ión (dos oros) y la 11ª seguida. Y otro paso más (muy meritorio) en ese desierto que, como dice Sergio Scariolo, aunque no lo esté siendo tanto, atraviesa España (con el oasis del Eurobasket) entre el adiós de los Júniors de Oro y la esperanzad­ora generación del 2005 y 2006.

España mostró muchas luces durante el primer tiempo y alguna que otra sombra que casi echa por tierra el trabajo realizado durante 15 minutos. Porque la Selección tiro de los clásicos para golpear a Italia: la defensa de Alberto Díaz para cortocircu­itar la mente transalpin­a (la víctima, de arranque, fue Spissu) y buscar con paciencia las cosquillas en ataque. Primero fue en el uno contra uno en el poste, luego desde la personal (10 de 11 en el cuarto inicial) y finalmente con Yusta, que enlazó seis puntos seguidos. Sin triple (1 de 10 al descanso, el único de Joel Parra tras 15 minutos de duelo), esas eran las armas. Y funcionó: +10 a los 8 minutos (9-19) y +8 (18-26) al comenzar el segundo periodo. Italia contestaba solo con Biligha, que asustaba en la zona, pero España se paró. Se quedó seca casi cuatro minutos en ataque y el conjunto azzurro lo aprovechó para dar la vuelta al marcador (33-32) después de superar una montaña de siete triples seguidos errados. Al descanso, 33-36.

Y de ver cerrado al aro a abrirlo por la puerta grande con tres triples casi seguidos (dos de Díaz y uno de Yusta), que dejaban siempre a España un pequeño margen (41-48). Mínimo, pero importante ante a un rival peleado con los árbitros, pero que no se rindió. En ningún momento. Guiados por Mannion (15 puntos, 11 tras el descanso), pusieron contra las cuerdas a la Selección con un triple circense de Spissu. Pero era territorio Jaime Fernández. El base no dudó, se puso el equipo a las espaldas para responder a cada andanada rival. El Mundial espera.

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Sergio Scariolo observa a Darío Brizuela que, en el aire, intenta salvar un balón pasándosel­o a un compañero.

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