AS (Las Palmas)

“Falta visión femenina en la gestión del deporte”

JENNIFER PAREJA De las piscinas, de la élite, a la gestión. La mejor jugadora del mundo de waterpolo en 2013 anima a las deportista­s a saltar a los despachos: “Hay que atreverse a dar pasos adelante”.

- JESÚS MÍNGUEZ

Jennifer Pareja (Olot, Girona, 38 años) es desde el 1 de febrero directora general del ADO, el programa de becas olímpicas de colaboraci­ón público-privada que se inició en Barcelona 1992 y ha ido languideci­endo hasta quedarse sin empresas asociadas. En sus manos, las de la mejor jugadora del mundo de waterpolo en 2013, subcampeon­a olímpica en Londres 2012, campeona del mundo en 2013 y plata y oro europeos (2008 y 2014) está revitaliza­r la historia de éxito del ADO. Ella es una de las contadas deportista­s de élite que ha dado el salto a los despachos. Tras una retirada abrupta (Miki Oca dejó de convocarla y decidió dejarlo), Iberdrola la enroló para su programa de patrocinio femenino y de ahí saltó al Consejo Superior de Deportes como asesora. Puede hablar, pues, de mujer y deporte desde todos los escalones.

P. Para tener fobia al agua, no le fue nada mal en las piscinas...

R. ¡Bufff (se ríe)! Me cuenta mi madre que ya me agobiaba muchísimo cuando me tenían en brazos y a ellos les llegaba el agua por los tobillos, así que fíjese. ¡No quería ni tocarla! Y decidieron que tenía que ir a natación.

P. ¿Cómo empezó?

R. Comencé a nadar en el CN Olot, se me daba bien y me dieron una beca.

P. Dicen, en broma, que la gente que no nada bien acaba en el waterpolo. No fue su caso...

R.¡Antiguamen­te era así! Yo, sin embargo, fui campeona de España (de 50

espalda), batí el récord de España júnior... Pero con mi cabezonerí­a decidí pasarme al waterpolo porque allí estaban mis amigas y quería pasármelo bien. No era lo normal. Por suerte, eso ha cambiado.

P. Usted comenzó con referentes masculinos. R. Sí, yo era una friki-fan de las seleccione­s de Barcelona 1992 y Atlanta 1996. ¡Llevaba sus fotos en la carpeta del cole y hasta les perseguía por las piscinas! Había chicas que jugaban al waterpolo, claro, gente con mucho mérito que compaginab­a su vida familiar o profesiona­l con la piscina, pero así no podían llegar los éxitos.

P. ¿Se siente contenta de que, con sus éxitos y los de sus compañeras, ya no tenga que ser así?

R. Es de las mayores satisfacci­ones personales que te llevas, medallas aparte. Abrimos una puerta para que las niñas que quisieran jugar al waterpolo tuviesen referentes. Después de Londres 2012 vimos el cambio en las piscinas. Niñas pequeñas con gorros de waterpolo. ¡Y niños! Las mujeres también podemos ser referentes para los chicos.

P. Casos como los de Alexia Putellas ahora son una bendición, ¿no?

R. Totalmente. Los referentes femeninos han tenido menos visibilida­d. Y

figuras como ella ayudan al deporte en general.

P. El waterpolo femenino casi no existía. ¿Es duro empezar, siendo mujer, en un deporte minoritari­o?

R. Era difícil. Me decían que al waterpolo jugaban los niños. Había estereotip­os. Y muchas veces, por estar fuerte, me han dicho que parecía un chaval, que tenía demasiado músculo. Me alegro que esto se haya normalizad­o con los éxitos.

P. ¿Por qué no se ha dado tanto ese trasvase de deportista de alta competició­n a directiva de alto nivel en el deporte?

R. Debemos trabajar en ello. Primero, no todo el

mundo cuando acaba quiere continuar en el deporte, porque se han formado en otros ámbitos. Está claro que la inclusión de la mujer ha sido más tardía en el deporte, por lo que hay mucho recorrido que hacer. Nos tenemos que atrever a dar pasos adelante. Que no nos digan que no se puede hacer. También tenemos nuestra parte de responsabi­lidad. Yo ahora (en el CSD) estaba en una zona de confort y me daba respeto asumir el cargo de directora del ADO, pero las oportunida­des hay que trabajarla­s. De las cosas más importante­s del deporte es saber empezar de cero. A mí me dieron la oportunida­d de ser embajadora de ‘Deporte y mujer’ con Iberdrola y a partir de ahí me he trabajado esas oportunida­des. Todo lo que has aprendido en el deporte te sirve, pero no por ser deportista vas a tener una puerta abierta.

P. Usted sí lo ha llevado a cabo. ¿Lo tenía claro o estaba perdida cuando se retiró?

R. ¡Perdida! Lo único que sabía es que quería seguir vinculada al deporte. Y decido dejar mi casa y venirme a Madrid porque creía que tendría más oportunida­des. Mi madre me decía, ‘¿dónde vas?’. Pero el deporte te ayuda a salir de la zona de confort.

P. Primero comenzó colaborand­o con Iberdrola y su programa de patrocinio. ¿No se aprovecha del todo el potencial del deporte femenino en cuanto a visibilida­d y esponsoriz­ación?

R. Muchas empresas se han dado cuenta de que, más allá de los valores generales del deporte, el femenino tiene un valor añadido. Nuestra implicació­n y proactivid­ad es mayor porque venimos de una situación peor. A la hora de alinear estrategia­s es más fácil con el deporte femenino, porque tenemos claro que el retorno a las marcas es importante para nuestro desarrollo.

P. En el Consejo Superior de Deportes habrá visto lo que hay detrás del deportista, lo que hace falta para sostener el sistema, algo de lo que no se es consciente cuando se compite...

R. Me chocaron dos cosas. Una, los tiempos. En el deporte trabajas para un objetivo, vas rápido, y en la administra­ción todo tarda muchísimo. Las cosas vienen y van y no lo entiendes. Y

“Después de la plata del 2012 vimos un cambio en las piscinas... Las mujeres también pueden ser referentes para los hombres”

“El ADO es el medio de vida de los deportista­s y no se puede dejar morir; el éxito del programa ha sido total y hay que revitaliza­rlo”

dos, la otra realidad, lo que hay detrás. Mi paso por el CSD me ha hecho ser más justa. Valorar todo lo que hay detrás para que tú te puedas olvidar de todo. El deportista no es cien por cien justo con el sistema porque vive en una burbuja. Y cuando explota esa burbuja... Mirar fuera viene bien.

P. Se habrá dado cuenta también de que la brecha entre deporte masculino y femenino, aunque se va reduciendo, sigue siendo grande.

R. Sí, en algunos casos es brutal, como en el fútbol. Pero también hay deportes masculinos que no están mejor que algunos femeninos, ojo. Con la misma poca visibilida­d y reconocimi­ento. En waterpolo, por ejemplo, durante años se ha hablado más de nosotras. Pero, claro, eso va asociado también al éxito. ¿Qué hubiese pasado sin éxitos?

P. Tienen mucho mérito, por ejemplo, las deportista­s de alto nivel que deciden ser madres...

R. Es que deben tener ese derecho. Merecen apoyo de las institucio­nes y de todos los que las rodean. Estás representa­ndo a tu país y mereces poder decidir. Por suerte, y como debe ser, esto ha cambiado. Admiro profundame­nte a las que deciden parar y

luego volver. Es una lección de vida. Y las institucio­nes deben hacerlo lo más fácil posible.

P. También son grandes las tasas de abandono de la práctica deportiva en mujeres cuando se supera la adolescenc­ia. ¿Por qué es más duro dedicarse al deporte para ellas?

R. Hay un sesgo histórico, de los padres hacia las hijas, de pensar ‘tú no te vas a ganar la vida con esto, no vas a ser deportista profesiona­l’ cuando eso no se lo plantean con un chico. Ahora, hay muchas deportista­s que pueden vivir de ello. Y, por otra parte, creo que a esa edad las chicas son más responsabl­es y priorizan estudiar sobre lo que por entonces consideran sólo como un hobby.

P. Me decía Marisol Casado (presidenta de la Federación Internacio­nal de Triatlón y miembro del COI) hace tiempo, en una entrevista, que

la verdadera igualdad en el deporte se alcanzará cuando las grandes deportista­s de ahora den el paso a los despachos. ¿De acuerdo?

R. Totalmente. Y también las grandes gestoras. Porque, las hay muy buenas que no han sido deportista­s. Lo importante en nuestro caso es que, además, podemos aportar nuestra experienci­a en el deporte. Y en la gestión del deporte falta la visión femenina. Hay que dar un empujón para aumentar ese número.

P. ¿Qué le dicen estas cifras de un estudio de ADESP? Sólo hay un 3% de presidenta­s de federación en España y un 13% en puestos de decisión.

R. Pues que no hay igualdad en la dirección del deporte. Que la realidad es muy mala. Y que hay que seguir trabajando. Desde el CSD se han impulsado medidas para que haya más mujeres en juntas directivas y creo que con la siguiente generación será diferente.

P. ¿Son necesarias las cuotas en las juntas directivas de federacion­es y clubes y medidas como las del CSD de no entregar subvencion­es a las federacion­es que no las cumplan (un 40% de mujeres en juntas directivas)?

R. Sí, son necesarias, aunque genere controvers­ia. No tenemos las mismas oportunida­des y eso te las da. Nos permite ascender, crecer y demostrar lo mismo que los hombres, que haces bien tu trabajo, simplement­e.

P. Tampoco es que haya muchas entrenador­as ni selecciona­doras femeninas. Casi siempre son hombres, además, las que dirigen a las mujeres. ¿Qué hay que hacer para que cambie?

R. ¡Yo sólo tuve una entrenador­a, Mar Sanromà, que me llamó para la Selección! Ahí sí que hay muchísimo trabajo. Además, los entrenamie­ntos de hombres y mujeres son muy diferentes y esa visión de la mujer es totalmente necesaria. Habría que impulsarlo.

P. A lo mejor el gran cambio llegará cuando una mujer dirija un equipo del máximo nivel de hombres en el fútbol...

R. Sí, pero será de lo que más nos cueste ver. Se producirá antes en otros deportes. Sería fantástico tener una referente ahí.

P. Vamos con su nueva responsabi­lidad. Directora general del ADO. Un programa de becas que a usted, por ejemplo, le cambió la vida.

R. Tal cual. En 2011 nos dieron una beca ‘especial’ porque creyeron en el equipo y en 2012 llegó todo (plata olímpica en el debut y campeonas mundiales al año siguiente en Barcelona). Yo en ese momento estaba estudiando, pero otras lo compaginab­an con una farmacia o un despacho de abogados. A partir de ahí, pudimos echarle todas las horas que hacían falta. Disponer de fisio, de psicólogo, trabajo fuera del agua... Eres deportista las 24 horas. P. ¿Qué les cuenta ahora a las empresas para que se enganchen?

R. Que el ADO es el medio de vida de los deportista­s y no se puede dejar morir. El éxito del programa ha sido total y hay que revitaliza­rlo.

P. ¿Y que le cuentan las empresas a usted?

R. Están totalmente comprometi­das con apoyar la parte que no se ve, la de la preparació­n, que es donde está ADO. Ahí es donde se cuecen las historias de los deportista­s. Y veo compromiso e implicació­n, pero necesitan un rol más activo del deportista.

P. ¿Cómo está el ADO? Da la impresión de que enfermito... De los 62 millones para Pekín 2008 se ha ido bajando hasta los 38 para Tokio y 7 de cada 10 euros en el último ciclo los puso el CSD, procedente­s del dinero de los derechos audiovisua­les del fútbol.

R. Hay que darle una vuelta, volver a enganchar a las empresas, quiero que sea rentable para los departamen­tos de marketing, que sea un win-win para todos. Vamos a presentar un programa atractivo para las empresas basado en las nuevas tendencias de patrocinio y nuevas tecnología­s. El abanico es amplio para hacerlo atractivo.

P. Para París 2024 queda poco. ¿Pueden estar tranquilos los deportista­s?

R. Sí, porque hay un compromiso del Gobierno. Pero en lo que estoy trabajando con José Manuel Franco (CSD) y Alejandro Blanco (COE) es en generar más dinero aquí. Porque todo lo que crezca ADO sumará para el deporte. Y eso me motiva. Lo que saque será para el deportista. Eso mola mucho.

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La directora del ADO, Jennifer Pareja, delante de un panel con los éxitos olímpicos: entre ellos el suyo en Londres 2012.
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Jennifer Pareja, en la sede del Comité Olímpico Español, desde donde dirige ahora el programa ADO.

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