Victoria de Rosberg y remontada de Alonso
El piloto alemán se impuso en Spa-Francorchamps de principio a fin con Ricciardo segundo y Hamilton tercero cuando había salido penúltimo. El asturiano terminó séptimo y ganó 15 puestos. Sainz abandonó
Comenzaban a moverse los pinos que rodean Spa-Francorchamps,
altos, imponentes, varios tonos de verdes rozando las nubes, moviéndose al fin, recuperando el viejo circuito, las sensaciones de siempre. El bosque de las Ardenas tocado por el sol estos días hasta provocar insolaciones en el paddock visitado por el viento, esperando la lluvia que llegaría en la noche. Y en la pista, con las gradas llenas rugen los coches en busca de la gloria en unas primeras vueltas que resumen la emoción de este deporte bello y trágico como una metáfora de la vida. Todo puede pasar. Todo.
En la parrilla, atrás del todo, dos genios: Alonso y Hamilton. Se da la salida, Rosberg sale bien, limpio y tranquilo con el objetivo claro, pero detrás un joven holandés nacido en Bélgica se queda parado, le pasan los dos Ferrari, pero Verstappen… no está dispuesto a dejar la ocasión de estar delante con Spa lleno de banderas con su nombre, se tira por el interior toca a Raikkonen y el finlandés a Vettel. El hambre provoca que el niño vaya más allá del límite, piloto necesario. Por detrás llega uno que podría haber ocupado su puesto dando una lección de pilotaje:
Sainz, que partía 15º, se pone séptimo en una vuelta. Impresiona. Mensaje enviado a quien lo quiere recibir y con el coche más lento. Pero… vuelve la vida. Y el madrileño pincha su Toro Rosso con la pista llena de suciedad, quizá del alerón de su antiguo compañero y controla como puede su coche, pero debe abandonar. Del cielo al suelo en un instante.
Rosberg es primero con Hulkenberg segundo y Ricciardo tercero. Van cuatro vueltas, safety car virtual y Magnussen se estrella con su Renault al final de Eau Rouge, tremendo choque del que sale ileso. Coche de seguridad, grúas en la pista, los pilotos entran a cambiar gomas, todos menos tres: Rosberg, Alonso y Hamilton. En ese momento en el que el asturiano se pone cuarto y el británico quinto, los dos pilotos que salían 21º y 22º. Recuperando la gloria, el viento de Spa.
Pero sacan bandera roja. Y todo vuelve a empezar. Alonso sale con el coraje subido, pero intenta un imposible, pasar a Hulkenberg y ponerse en puestos de podio. No lo logra. Y en un par de vueltas, Hamilton lo pasa sin problemas. Por delante Rosberg sigue primero con Ricciardo tras él. Alonso es quinto aguantando a Massa, Pérez… y rodando medio segundo más lento que el líder. No está mal. Pero ir hacia arriba sigue siendo una utopía, mientras su enemigo íntimo se pone tercero al pasar a Hulkenberg. Se pone a seis segundos de Ricciardo, siguiente ratoncillo del halcón inglés, su compañero Rosberg a nueve segundos, ¿llegaría Hamilton?
Alonso luchaba donde nadie más que él podría, aguantando a coches con más de 60 caballos que el suyo, motores Mercedes de Williams o Force India, y Pérez le supera. Y baja al sexto puesto. Mientras, Hamilton pasa a Hulkenberg. La victoria lejos. La lógica existe, incluso en la F1. ¿También para Alonso? Su coche desgasta demasiado los neumáticos y por eso apenas puede sostenerlo. Cuando Rosberg entra ganador, Ricciardo segundo y Hamilton en el podio, remontada total, entra Alonso... séptimo, 15 puestos de remontada. Grande. “Esta siendo un buen fin de semana”, decía. Como vuelva de verdad...
Fernando Aguantó a coches con más de 60 caballos que el McLaren Carlos Pasó del 15º al 7º puesto en una vuelta y luego pinchó