Una teoría sobre los fichajes de Florentino

Para empezar que quede claro que no soy fan, ni mucho menos, de Florentino Pérez. Su tendencia a colocar los objetivos de negocio por encima de los deportivos, su incapacidad de admitir errores y su falta de paciencia con algunos entrenadores son los principales defectos que le achaco.

Pero también tiene virtudes. Él fue el primero en entender el valor de los grandes fichajes estratégicos. Con Figo ganó una presidencia, pero a partir de ahí consiguió montar un modelo de fichajes muy rentable y valioso por varias razones: los hacía la marca Real Madrid, sólo los hacía él (eran únicos), los cerraba el último día multiplicando la exposición mediática y había una estrategia de valorización de la marca del jugador y del Real Madrid muy bien estructurada.

Pero desde hace dos años paró con ese modelo. Se dio cuenta antes que nadie que ya no funciona en las condiciones actuales. Hay demasiados clubs que tienen acceso a ese tipo de fichajes, el Madrid ha dejado de ser único y ya no le salen rentables.

Desde mi punto de vista, quienes ahora dicen que se le han escapado los fichajes se equivocan. No entienden que lo que está ocurriendo es un cambio de estrategia empresarial. Haberse anticipado a los demás le permite tener un gran plantel base difícilmente mejorable, lo que le permite al Real Madrid tener un periodo de transición sin demasiado riesgo hacia el nuevo modelo.

Desde hace dos años la búsqueda se centra en el talento joven todavía no inflaccionado y, quizá, en mayor inversión en la cantera. Los Casemiro, Odegaard, Sergio Díaz y Asensio son ejemplo de esto. Igual que la política de mantener a los Morata, Carvajal o Borja Mayoral controlados, mimados, con la sensación de que algún día pueden volver y brillar. Tomás González Quijano Lisboa