Marc Gasol, en la cima del mundo
El All Star es la gran fiesta anual que dan y se dan los mejores jugadores de la NBA. El resultado es intrascendente y las circunstancias del partido casi siempre también, pero estar no lo es. Y menos por tercera vez y sin atisbo de presencia circunstancial o voto caprichoso de los aficionados. Marc Gasol jugó su tercer All Star Game porque, sencillamente, es uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo en su puesto. El mejor pívot, el segundo, el tercero… nunca más allá. La mayoría de los entrenadores de la NBA elegirían la mejor versión de Marc por encima de una competencia asombrosa, el volátil pero extraordinario DeMarcus Cousins a la cabeza.
Marc pasea ese linaje con la naturalidad de quien está seguro de quién y qué es y un año después de una terrible lesión en el pie que le dejó sin ir a
Río y que, en las peores perspectivas, incluso podría haber comprometido su futuro en la elite. Pero Marc ha vuelto mejor que nunca y es el mascarón de proa del baloncesto español en el principio de los
Hernangómez y el último tramo de camino para su hermano Pau. Marc y Pau: nueve All Star totales y la normalización de la excelencia. Lo que antes
no alcanzábamos ni a soñar es ahora casi rutina para nuestro baloncesto y nuestro deporte. En Nueva Orleans estuvieron LeBron James, Stephen
Curry, Kevin Durant… y Marc Gasol Sáez, de profesión uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo. Que pregunten en Nueva Orleans, que pregunten de punta a punta de la NBA.