España es la reina del ‘tie-break’
El nuevo formato de los penaltis le da a La Rojita su tercer Europeo Sub-17
España se aferró a la heroica para ser campeona de Europa Sub-17 nueve años más tarde. La Rojita venció de manera agónica, de la forma más cruel posible para el rival, pero la más dulce que puede saborear el vencedor. Corría el minuto cinco de descuento, los ingleses preparaban las banderas en el banquillo para la celebración y las lágrimas asomaban en los ojos de los españoles. Nacho, delantero del Villarreal que apenas había tenido protagonismo en el torneo, se vistió en ese instante de héroe para elevarse más alto que todos los corpulentos defensores rivales. Su cabezazo tuvo más alma que estética.
Fue cruel el final que el destino había reservado para Inglaterra, pero no injusto. La Rojita demostró ser superior y, sobre todo, recordó que la suerte en el fútbol siempre suele ajustar las cuentas que deja pendientes. La Sub-17 llegó al torneo con la losa de haber perdido las tres últimas tandas de penaltis que había disputado, pero la novedad de la fórmula instaurada por la UEFA ha sonreído a España. El ‘tie-break’ (lanzó primero Inglaterra y, a partir de entonces, dos lanzamientos cada selección) le permitió vencer a Alemania en semifinales y le abrió las puertas de la gloria contra Inglaterra en el momento decisivo del campeonato.
Apuros. Antes de las lágrimas de alegría, lo españoles caminaron cerca el abismo. No ayudó el sistema. De nuevo tres mediocentros, con Sergio Gómez obligado a jugar en banda, alejado de la mediapunta donde tanto peligro genera. Lo acusó España, que apenas pisó el campo contrario en los 20 minutos iniciales. La consecuencia, inevitable: un derechazo de Sancho rebotó ligeramente en Guillamón y se coló por la escuadra.
Apareció entonces Ferrán Torres. El extremo del Valencia demostró personalidad en los minutos más críticos y su energía estiró a La Rojita. Pronto le acompañó uno de los nombres propios de esta Selección: Mateu Morey. El lateral del Barça se incorporó al ataque para finalizar una fantástica jugada que fabricaron Moha y Abel Ruiz. Las tablas llegaron en el momento justo (a dos minutos del descanso).
El empate, sin embargo, tuvo un efecto somnífero en La Rojita, que salió con poca intensidad en la reanudación. Hudson-Odoi ejerció de despertador: un zurdazo suyo exigió a Álvaro Fernández, que sacó una mano prodigiosa. Comprobar que el precipicio seguía cerca metió de nuevo a los de Denia en el duelo, pero Inglaterra golpeó de nuevo y un zurdazo de Foden se coló ajustado al palo.
Se volcó La Rojita en busca de un empate que le permitiera al menos lanzar al aire la moneda de los penaltis. Salió Lara, mejoró España y se sucedieron las ocasiones. Gómez, Miranda, Ruiz... La suerte era esquiva hasta que Nacho salió al rescate. La épica tenía un lugar reservado para esta generación que comenzó el torneo remontando un 2-0 ante Turquía y lo terminó abrazada a un espíritu competitivo que le dio la gloria en el último suspiro. Lo merecía Santi Denia, a quien tantas veces le había castigado la fortuna: ya tiene su Europeo.
Agónico Nacho forzó la tanda con un gol de córner en el último segundo