Olympiacos: cuarta final en siete temporadas
Remontó al CSKA y se medirá al Fenerbahçe
Final Four Cuarta derrota seguida del CSKA ante el Olympiacos
Otra vez más y ya parece un chiste. Como ocurrió en Estambul 2012, Londres 2013 y Madrid 2015, el Olympiacos ganó al CSKA en la Final Four. Y como sucedió en Inglaterra y España fue en la semifinal y con un patrón conocido: llegando desde atrás, con Spanoulis en versión Kill Bill en el momento exacto y cuando los moscovitas tenían el control total del partido. Pero este equipo es eterno. Una pesadilla en los sueños de Itoudis y sus chicos. Nunca muere del todo. Siempre tiene un halo de aliento que toma del Genio de Larissa. O de Printezis. O de Green. Da igual. Siempre regresa del inframundo y ya suma tres Euroligas y cuatro finales en los últimos siete años. En la quinta se jugará cuarta ante el Fenerbahçe.
Este partido lo ganaron sin alardes. Con orden, garra, un escalofriante control del rebote ofensivo (18) y aprovechando la enésima dejadez rusa en los encuentros vitales. Una costumbre europea. El CSKA, uno de los mejores equipos jugador por jugador desde hace mucho tiempo, cae una y otra vez en el momento crucial.
Es carne de cañón cuando la presión aprieta. Entra en pánico, se hunde y, como resultado, solo tres Euroligas en 15 Final Four.
El guion fue el ya acordado hace cinco años en el mismo escenario del encuentro de ayer. Por los impulsos de Teodosic vivían los rusos y morían unos griegos sin ritmo, sin acierto y sin ideas. De esta forma, el CSKA despegaba en el segundo cuarto (40-27). Papanikolau abría el tercero con el duelo en sus manos (10 puntos en 10 minutos) y Spanoulis remataba con cinco tantos seguidos para poner por delante a los helenos a 37 segundos del final (73-74). Green decidió desde el perímetro (76-79) una semifinal que dejó en evidencia a Teodosic, que no leyó bien la última jugada: lanzó un triple deseperado con aún diez segundos por jugares y solo tres abajo. El síntoma de un problema que se creía curado en Berlín.