AS (Levante)

Nueva pitada al Himno y huecos en la grada

En el bando culé sobró papel, en un partido con mucha seguridad

- ALFONSO HERRÁN

Controles Hubo tres cordones y retardaron la entrada de algunos aficionado­s

La final de la Copa alberga en los últimos tiempos una censurable tradición: se vienen repitiendo un puñado de enfrentami­entos entre el Barça y un adversario vasco (habitualme­nte el Athletic, y esta vez el Alavés) y cuando asoma el Rey Felipe VI por el palco y suena el Himno nacional, se desata la pitada. Otra vez se repitió la imagen: 48 segundos de música de viento. El paisaje nuestro de cada día en un partido con menos ambiente que en otras ediciones por cierto absentismo culé y muchos huecos en la grada. Al inicio se desplegaro­n dos tifos gigantes en cada parte del campo. Los albiazules se hicieron notar más. El club culé no agotó su cupo: sobraron más de mil entradas. Del lote federativo también quedó papel.

Las autoridade­s se fueron acomodando en el palco y se pudo ver por el bando azulgrana, que ejercía de local, al presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont. Sí era más nutrida la representa­ción albiazul, encabezada por el lehendakar­i, Iñigo Urkullu, más el diputado general de Álava, Ramiro González; y el alcalde de la capital alavesa, Gorka Urtaran. También asistieron, entre otros, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Méndez de Vigo; el reelegido presidente de la RFEF, Ángel María Villar; el Selecciona­dor, Julen Lopetegui; el mandatario de la AFE, Luis Rubiales; y el presidente del COE, Alejandro Blanco.

Las medidas de seguridad desplegada­s fueron las más estrictas de la historia del fútbol español. Un total de 2.500 agentes tomaron el entorno del estadio. Colocaron alambradas para impedir cualquier tránsito de vehículos pesados y había tres cordones de seguridad. Se fueron cortando calles por tramos: cada uno abarcaba seis puertas y junto a la entrada se debía presentar el DNI y ser sometido a cacheos, que provocaron aglomeraci­ones y demoras para entrar. Los vitorianos aterrizaro­n en animada kalejira (callejeo festivo) desde la Fan Zone, un hormigueo de gente impresiona­nte.

Altercados.

Se dio una convivenci­a de lo más sana durante toda la velada. Nada más un “puto Alavés” tras una dura entrada babazorra. Tan sólo hubo que lamentar un par de fechorías antes de arrancar. Cinco Boixos Nois fueron detenidos acusados de asaltar un comercio chino en la ronda de Toledo, próxima al estadio. Y otros trece radicales fueron identifica­dos por este incidente. Además, a las 17:30 horas, unos 20 seguidores descontrol­ados del Barcelona se enfrentaro­n y golpearon a media docena de aficionado­s alavesista­s junto a la boca de metro de La Latina.

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 ??  ?? LAS GRADAS. Con el partido ya empezado se pudo ver que las gradas del Calderón no se llenaron. Una imagen poco saludable para una final de Copa.
LAS GRADAS. Con el partido ya empezado se pudo ver que las gradas del Calderón no se llenaron. Una imagen poco saludable para una final de Copa.
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