El Calderón se merece un ‘Final de Leyenda’
El Atleti despide el estadio (18:00) con sus dioses rojiblancos
EI Vicente Calderón se merece un ‘Final de Leyenda’ (18:00 horas, GOL). El Atlético-Athletic del pasado domingo fue el último encuentro de Liga en el estadio rojiblanco, pero desde el club han querido que sean los verdaderos protagonistas del Calderón, los que jugaron aquí en estos últimos 51 años defendiendo los colores del Atlético, los que pongan el punto y final a este estadio. La imagen del aficionado del Atlético cuando abandone hoy su casa durante tantos años será la de sus ídolos vestidos de rojiblanco. Habrá una gran foto de familia al final.
Jugarán los de ahora y los de antes. Los más jóvenes: Torres, Saúl, Gabi, Koke más Óliver, Adrián... Juanfran y Raúl García no lo harán al estar lesionados. Incluso los de mediana edad: los Solozábal, Caminero, Vizcaíno, Santi, Aguilera, Manolo, Toni Múñoz. E incluso se espera que alguno de los viejos dioses rojiblancos pueda vestirse de corto algunos minutos, caso de Luiz Pereira. Ellos hicieron felices a muchas generaciones de atléticos. Ganaron títulos (19 desde que el Atlético juega en el Calderón), pero, sobre todo, hicieron que la hinchada se sintiera orgullosa de ellos. Desde la grada lo verán Gárate, Adelardo, Ovejero, Ufarte, Collar, Calleja, Rivilla, Alberto, Capón, Eusebio, Orozco, Reina, Mendonça, Melo, Leal, Heredia, Ayala, Leivinha, Quique, Marina, Cabrera, Landáburu, Baltazar... Sólo mencionarlos hace que uno se emocione. Cuando estén todos juntos, el Calderón sabrá que no habrá podido tener un final mejor. Habrá lleno y la recaudación irá a Scholas. Todo apadrinado por el Papa Francisco. Pelé no estará, pero mandó un vídeo sumándose al partido. Luis Aragonés y Arteche estarán en el recuerdo.
Leyendas mundiales como Zico, Higuita, Ronaldinho, Mauro Silva, Boban, Caniggia, Djukic, Senna, Mendieta, Seedorf, y jugadores actuales como Nolito, Demichelis, Ceballos y Mahrez rivalizarán con los del Atleti. Los niños de la Academia iniciarán la fiesta. Ellos no jugarán ahí, pero pisarán el césped. Y se plantará el olivo de la paz.