Éxtasis por la Duodécima: cien mil hinchas en Cibeles
El equipo: “De mayores recordaremos esto con los pelos de punta”
Ramos Ofreció la ‘Orejona’ y Marcelo le acompañó vistiendo a la diosa
Cuando Sergio Ramos se alzó junto a la diosa Cibeles para presentar la Copa de Europa a Madrid, cien mil madridistas estallaron en un grito de júbilo. Casi veinticuatro horas después de la exhibición del Real Madrid en Cardiff, el ánimo de los aficionados blancos no había decaído. “¡Sí, sí, sí, la Duodécima ya está aquí!”.
Eran las 21:27 horas y el We Are The Champions de Queen estaba de fondo, cuando Ramos dudó un par de veces antes de sortear la distancia entre la plataforma y la diosa. Finalmente le echaron una mano para que pudiera cumplir el ritual de colocar una bandera (que llevaba escondida dentro del trofeo) sobre el pétreo cuello de Cibeles. Marcelo, en calidad de segundo capitán del equipo, también la vistió con una bufanda del Madrid...
La jornada empezó pronto. Antes del mediodía, el Selur ya había limpiado los restos de la fiesta espontánea del sábado. Rápidamente se montó un escenario con la frase ‘Gracias madridistas’ y empezaron a desplegarse fuertes medidas de seguridad. 500 agentes realizaron cacheos y registros minuciosos con la misión de evitar una estampida como la que provocó más de mil heridos entre los fans de la Juventus que veían la final en la plaza de San Carlo en Turín.
El Samur, que atendió a nueve personas por contusiones y dos por intoxicación etílica en la fiesta del sábado, pidió calma por Twitter ya que también tenían que atender el concierto de Guns&Roses en el Calderón a la misma hora que iba a desfilar la
Marcelo
“La alegría se ve en nuestra cara, esto es lo más bonito que hay”
Cristiano La policía municipal le ‘detuvo’ para hacerse fotos con él
comitiva blanca.
Sobre las 20:00 horas, la presencia de madridistas era tan masiva que la policía clausuró la estación de metro de Banco de España debido a la aglomeración exterior. Las imágenes aéreas mostraban una marea humana hasta la Puerta de Alcalá y bien entrada la Gran Vía... Los afortunados centenares más cercanos a la fuente se lo pasaron pipa con doce bolas hinchables gigantes que señalaban las otras tantas Copas de Europa de la entidad. Del ‘Cómo no te voy a querer...’ se pasaba al ‘Somos Reyes de Europa’ y al ‘Piqué, c..., saluda al campeón”.
La rúa. El trayecto de Cibeles a Cibeles, es decir, del Ayuntamiento a la fuente, de apenas cincuenta metros, se alargó durante veinte minutos por las calles aledañas para que más madridistas pudieran ver a sus ídolos. Los futbolistas, entre selfie y selfie, se iban entonando. Marcelo cogió rápido sitio en el frontal del autobús y llegó palmeando, a ritmo de samba, la carrocería. Ramos escogió lo más preciado, la Orejona, para tocarla como si fuera un cajón flamenco. “La alegría se nos ve en la cara de todos los jugadores, esto es lo más bonito que hay”, decía el propio Marcelo en RMTV.
“Cuando seamos mayores y miremos al pasado y veamos lo logrado, se nos pondrán los pelos de punta”, terció Nacho. Muchos ojos estaban en el bigoleador en Cardiff: Cristiano. Con su nuevo look a lo marine, fue el último en volver al autobús rumbo el Bernabéu porque fue ‘detenido’ por la policía municipal... para hacerse fotos con los agentes. Nadie se le resiste al crack portugués.