Muguruza deja vacante su trono entre lágrimas
La francesa Mladenovic y una grada encendida la echaron
El trono queda vacante. Lo abandonó Garbiñe Muguruza frente a Kristina Mladenovic, francesa de ascendencia serbia, y la presión de la encendida pista Suzanne Lenglen. Cada punto se festejó como en una final de Copa Davis y la campeona quedó varada en octavos de final, no pisará la segunda semana del torneo. El marcador reflejó un 6-1, 3-6 y 6-3 en 1h:59 y la española se marchó mosqueada de la pista, sin despedirse y negando con su dedo índice, por un apoyo a la local de la grada que juzgó irrespetuoso.
El caso es que el sueño de repetir victoria en el Grand Slam sobre tierra se esfumó. Su trayectoria este año tampoco parecía augurar nada bueno. La esperanza ahora reposa en Carla Suárez.
Presión. Muguruza debía lidiar con la presión de tener enfrente a la esperanza gala, a la número 16 del mundo. A una de las tenistas más en forma del año con título en San Petesburgo y finales en Acapulco, Stuttgart y Madrid. Sabía que sería un partido para corazones fuertes, y comenzó errática y nerviosa, entregando el primer set casi sin pelea.
El deseo de lograr una plaza en cuartos también pesó en la francesa (la última compatriota en conseguir el título fue Mary Pierce en el 2000), que llegó a cometer hasta 16 dobles faltas y cedió la segunda manga.
La Lenglen parecía más el Stade de France. Olvidó el temple clásico del tenis y se encendió. En el tercer set, el público olisqueó la posibilidad de acabar con la campeona y empujó más. Mladenovic, que celebró los fallos de Muguruza gritando “¡Forza!”, aprovechó mejor las oportunidades de break (6/12 frente a 3/11) y se llevó el partido. Lo de Muguruza, que venía de retirarse de Roma por una contractura en el cuello, tampoco sorprende en una campaña en la que no ha conseguido llegar a ninguna final. Pierde, además, 1.760 puntos y sale del top-10. Cae del 5º al 14º puesto. Toca reflexionar.