Dos títulos en dos finales de Copa en el Calderón
El Zaragoza ganó al Barça en 1986 y al Celta en 1994
EI Real Zaragoza le ganó nueve partidos —con alguna gran exhibición incluida, como el 0-4 del campeonato 1993-94— y le empató otros diez al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón en sus 46 visitas entre la Liga y la Copa. Pero, sin duda, los dos encuentros que estarán siempre en la historia del equipo aragonés en el coliseo rojiblanco son las finales de la Copa del Rey de 1986 y 1994, que significaron dos de sus seis títulos, el tercero y el cuarto.
El 26 de abril de 1986, el Zaragoza de Luis Costa rompió los pronósticos --o no tanto, porque había eliminado al Real Madrid en semifinales y había concluido cuarto en la Liga--, y se impuso al Barcelona con un solitario y recordadísimo gol del uruguayo Rubén Sosa, en una falta desde 28 metros que desvío con el tacón, caprichos del destino, el entonces azulgrana Pichi Alonso, gloria y segundo máximo realizador de la historia del Zaragoza. “Rubén, Rubén, los has jodido bien”, fue el cántico que hizo fortuna en la celebración entre los 20.000 zaragocistas que apoyaron sin desmayo a su equipo en las gradas y que enloquecieron cuando el capitán Juan Señor alzó el trofeo de campeón veinte años después de que Carlos Lapetra lo hiciera tras una de las mejores obras de arte de los Cinco Magníficos, el 2-0 al entonces Atlético de Bilbao en el Santiago Bernabéu.
A modo de recuerdo, consignar que sólo una semana después de aquel gol del Principito Sosa, en Sevilla, el Barça perdió la final de la Copa de Europa frente al Steaua de Bucarest.
Ocho años después, el 20 de abril de 1994, el Zaragoza volvió al Vicente Calderón para diputar una nueva final de la Copa del Rey, y también resultó campeón. Esta vez el rival fue el Celta de Vigo ––al que también le ganaría la Copa de 2001–– y el suspense se alargó hasta la tanda de penaltis, cuando Cedrún, el gran héroe de aquella noche, le detuvo el quinto penalti a Alejo e Higuera no falló después ante Cañizares. El equipo aragonés, entonces dirigido por Víctor Fernández, se sobrepuso a la ausencia por sanción de Esnáider, expulsado una semana antes frente al Logroñés en la Liga, y tuvo que afrontar la prórroga con diez jugadores por la tarjeta roja a Santi Aragón en el último minuto del tiempo reglamentario. 26.000 zaragocistas disfrutaron de este título en las gradas y más de 100.000 recibieron al día siguiente al campeón en la capital aragonesa. Cedrún prometió desde el balcón del Ayuntamiento una Recopa que llegaría un año después.
Campeones Rubén Sosa y Cedrún, protagonistas de dos noches históricas