Otra vez se vestirá de verde
En la primera llegada en rampa de este Tour de Francia, en Longwy, se impuso Peter Sagan. Un figura. Lo que para cualquier otro (se le salió el pie del pedal) podría haber significado el fin de sus opciones de victoria, él lo solventó sin problemas y apunta claramente a ser el dueño del maillot verde de la regularidad en esta edición. Sería su sexto consecutivo. Los mismos que consiguió el gran Erik Zabel entre 1996 y 2001. No pudieron involucrarse en el sprint algunos de los pesos pesados de la velocidad. El repecho final, muy duro, no lo permitía. Sí permitió en cambio que viéramos los primeros escarceos entre los favoritos. Probó Richie Porte en los metros iniciales de la subida. Le siguió Alberto Contador, porque su equipo hizo un buen trabajo de colocación, y contemporizaron el resto de favoritos.
El miércoles será su turno. Se espera movimiento en la Planche de Belles Filles. Sobre todo de Porte, Chris Froome y Romain Bardet, los grandes favoritos. También, pero un escalón por debajo, de Contador y Nairo Quintana, al que habrá que ver cómo le afecta el Giro y la pérdida de su gregario de oro: Alejandro Valverde. Ayer habría ganado. Quizá por eso arriesgó tanto en Düsseldorf. Sabía que si no perdía mucho tiempo, podía vestirse de amarillo. Antes tendremos que ir desde Mondorf hasta Vittel, 207 kilómetros al término de los cuales los sprinters tendrán su segunda oportunidad en el recorrido de este año. Turno para velocistas más puros como Kittel, Démare o Cavendish, que ayer no pudieron con la cota final. No nos olvidemos de Sagan. Que este puede ganar donde se lo proponga.