Sobre la corrupción en el fútbol español
No por menos esperado deja de ser indignante. La corrupción en el fútbol español era algo que se veía venir, una bomba pendiente de estallar que ahora escandaliza a la inmensa mayoría. Ni los grandes logros de la Selección ni los triunfos de nuestros clubes justifican semejante despropósito y que, sin duda, tira por los suelos el prestigio tan altamente ganado en los terrenos de juego.
Tampoco es de extrañar porque ya lo habíamos vivido en los máximos organismos del fútbol, con sus defenestrados presidentes Havelange, Blatter o Platini, privados de sus privilegios por irregularidades comprobadas, llegando a manipular los torneos mundiales. Recuérdese el famoso partido Alemania-Austria en España 82, con todos de acuerdo para clasificar a los alemanes. Hasta los craks mundiales tienen serios problemas con Hacienda.
Villar, que aspiraba a regir la FIFA, finalmente y como no podía ser de otra manera, ha seguido el mismo camino de sus amigos. Casi una treintena de años salpicados con supuesta corrupción, apropiación indebida, favoritismos, comisiones, falsificación de cuentas, desviación de capitales públicos, amenazas y otras tantas tropelías que irán saliendo en el juicio.
El fútbol destapa la caja de sus propios truenos. Mientras tanto se acosa con el descenso a clubes históricos como el Murcia y otros, al tiempo que se mantiene en el olvido e inmunidad el amaño de partidos. Hecho bastante más grave que la insuficiencia económica de esos clubes. Muchos de esos expedientes llevan años archivados en el baúl de los recuerdos.
La solución podría ser la limitación de mandato de los dirigentes a diez años, con un estricto control económico permanente. Sólo pedimos claridad total. Jesús Maeso Monge Murcia