AS (Levante)

Ruth Beitia “Puse los pies otra vez en la tierra y dije: céntrate”

Ruth Beitia (Santander, 1979) llega a los Mundiales tras una temporada irregular en la que tuvo que parar 25 días por problemas físicos. Hoy (20:10 horas) disputa la calificaci­ón de altura en la que se exige 1,94. La final, el sábado. “Vuelvo a encontrarm

- JUANMA BELLÓN

Es usted la actual campeona olímpica, pero esta temporada no ha estado tan regular como en otras, ¿cómo llega a estos Mundiales?

—No con dudas, aunque sí con una incertidum­bre a la que nunca me había enfrentado en los últimos tiempos. Desde hace dos semanas me he empezado a encontrar muchísimo mejor, quizás hay un problema técnico, que me voy un poco al listón. Pero yo creo que con el factor campo, competició­n, estadio... todo puede hacerse realidad.

—En la calificaci­ón de hoy se exige 1,94 para estar en la final, lo que ha saltado en 2017 (también vale ser de las 12 mejores).

—Esta vez la calificaci­ón será mi competició­n. La final sería un regalo, un punto de inflexión y ojalá ahí vuelva a nacer el sueño que tuve antes.

—Tras los Juegos de Río vivió un ‘tsunami’ de compromiso­s.

—Ha sido un boom increíble, pero sí es cierto que yo soy una persona muy metódica, que va a golpe de agenda. Hago muchas cosas al día, pero guardo la calidad del entrenamie­nto. Hubo muchos compromiso­s y la necesidad de volver a la rutina, a volver a ser yo, creo que me ha ayudado a recuperar sensacione­s.

—Y encima se le juntó con lesiones.

—Es que aparte de estar lesionada, fui muy tozuda. El fisio me decía que tenía que estar tres días parada tras hacerme una punción seca y yo iba a entrenarme. Ese no respeto a las recuperaci­ones ha sido determinan­te. Antes funcionaba... Han sido un cumulo de circunstan­cias que han permitido que ponga los pies en la tierra y decir: ‘Por favor, Ruth tienes que centrarte en el Mundial’. —¿Cuándo dijo, ‘ya basta’?

—Fue en el momento en que paré 25 días en junio. Tuve la tranquilid­ad de poder pensar lo que quería hacer.

—Y en Madrid, el 14 de julio, llegó a 1,94.

—Sí, fue el subidón, volver a encontrarm­e bien. Pero después en Mónaco me volví a dar otro golpe de realidad. Los dolores iban y venían. En el Nacional de Barcelona, me encontraba genial pero vino la tormenta... ¡Y me da mucho miedo! Aparte con 38 años tenía que ponerme otra vez a calentar, a hacer todo.

—Entonces ve factible la final.

—¡Cómo no lo voy a ver factible! Es para lo que he venido. Es en lo único que pienso, en los Mundiales de Londres. No sé lo que va a ocurrir después, ahora sólo estoy focalizada en esto. Utilizo todo lo que me pasa en la vida como un aprendizaj­e en el que hay que sacar lo bueno.

—¿Se llegó a plantear no venir a estos Mundiales?

—Hubo un momento de duda en el que me dije: ¿Qué hacemos aquí? Que no suene mal, pero siendo campeona olímpica, mundial y de Europa, no puedes venir a unos Mundiales derrotada, tienes que estar y dar el 100%. En un momento me entregué a esa derrota. —¿Y cómo recuperó?

—Yo, además de con Ramón Torralbo, trabajo con un equipo multidisci­plinar (está la psicóloga Toñi Martos) y hemos vuelto a orígenes que teníamos olvidados y al menos ha estado guay todo el proceso que hemos vivido.

—Entonces cómo se plantea la calificaci­ón de hoy.

—Lo primero hacer un concurso lo más limpio posible y pasar cada listón como siempre. Tener la sensación de que puedo hacerlo. Si paso a la final, a partir de esta noche me plantearía de nuevo mi sueño.

—Con el regreso de la rusa Lasitskene (antes Kuchina) que puede competir como atleta neutral ¿ha subido el nivel?

—Bueno, realmente es ella la que está por encima y luego están las demás. Es impensable ganarle. Mis rivales son jóvenes, yo cada oportunida­d la tengo que aprovechar.

Objetivo “La clave es hacer un concurso lo más limpio posible”

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