Apuesta por el juego de toque con el típico orgullo heleno

■ El Athletic se ve las caras con un enemigo que no dispone de nombres sonoros en el concierto europeo. El Panathinaikos no atraviesa su mejor momento, tanto en lo económico como en lo deportivo y eso repercute a la hora de atraer jugadores de nivel. Pero desde la llegada de Marinos Ouzounidis al banquillo están funcionando como bloque. De hecho, ocho meses después de su aterrizaje acumulan diecisiete encuentros oficiales en casa y solo han perdido dos: ante el Celta en Europa y el PAOK, primer verdugo, en la Super Liga helena.

El ‘Pana’ mantiene la garra y orgullo que exhiben los helenos siempre en casa. Este verano han sufrido la salida de dos hombres clave como el goleador Markus Berg y el colombiano Víctor Ibarbo. El club del trébol ha intentado paliar las bajas con la reciente llegada de Andrés Chávez, que podría estar disponible para la vuelta. El delantero uruguayo, de 26 años y formado en las categorías inferiores de

Banfield, llegó el martes a

Atenas, a cambio de 1,3 millones, procedente de Boca Juniors para completar el ataque de los verdes junto a Guillermo Molins y Luciano Neves, el ex del Leganés. El año pasado acabaron terceros. Ouzonidis, al que le gusta salir jugando desde atrás, con laterales ofensivos y el faro del portugués

Zeca en medio campo (un jugador con un perfil similar a Beñat), prefiere el 4-4-2, con un ritmo pausado.