Otra vez el partido de los himnos

Si el fútbol fuese un coeficiente, el Sevilla sería primero y de largo del grupo E. Es sexto en el ranking UEFA, con 109.871 puntos. El Liverpool aparece por el puesto 35 (44.449). Maribor y el Spartak de

Moscú se pierden hasta los lugares número 92 y 105 de la lista (17.975 y 15.056 puntos respectivamente). En la matemática, y en el césped, el Sevilla parece más que sus rivales. Especialmente más que el Spartak, que ha empezado la Liga rusa goleado por el Zenit (5-1) y el Lokomotiv (3-4); y que el

Maribor, un agradable viaje a Eslovenia que además le trae buenos recuerdos al Sevilla. El Stadion Ljudski fue una de sus paradas en la

Europa League de 2014, la que inició el trienio mágico que devolvió al club a una élite europea de donde ya no se ha bajado. Recordemos que esta es la tercera participación seguida del Sevilla en la Champions.

P ero el gran momento de la fase de grupos será el viaje a Anfield. El Sevilla nunca ha jugado allí. Ayer ya volaban los mensajes en el sevillismo para buscar combinación como cuando el año pasado tocó el Leicester. Allí, en las Midlands, se le clavó una espina al Sevilla que quiere quitarse este curso. El Liverpool, además, tiene ese aroma inconfundible a Basilea. En aquella final de los himnos (2015) sonó más fuerte que nunca la canción de El Arrebato. Klopp había reservado la planta baja del Novotel, a un kilómetro escaso del Saint Jakob Park, para celebrar el título. Luego tuvo que echar la cortina y pedirle fuerza a sus jugadores. No es el mismo Liverpool. Tampoco el mismo Sevilla. Sin Emery. Y sin Monchi. Pero con el orgullo de siempre.