AS (Levante)

San Mamés nunca falla

Cuarta participac­ión europea seguida para el Athletic

- ALFONSO HERRÁN

EI cóctel de Athletic y San Mamés emborrachó al Panathinai­kos y empujó a los bilbaínos a la fase de grupos, el objetivo mínimo propuesto. En las previas los leones llevan siglos dando el do de pecho y para un equipo de LaLiga es prácticame­nte un deshonor caer en esa guillotina en el segundo torneo continenta­l. Con el 2-3 de la ida en la mochila, hay que protagoniz­ar un descalabro mayúsculo para tacharte de la Europa League. Ziganda metió cinco cambios con respecto al Getafe el domingo, uno forzado por un proceso febril de Raúl García, que obligó a reclutar a Sabin Merino cuando iba camino de la grada, y permitió ver a Muniain enredar en su posición natural, de mediapunta. El cuadro vizcaíno aún no está para presiones muy altas ni esfuerzos de cosaco y dibujó un partido de mucho control, a la espera de que la fruta cayera de madura. Si Ziganda pedía sangre fría en la previa, ésta se congeló durante 90 minutos.

Otra vez el genio Aduriz frotó la lámpara para cerrar cualquier incertidum­bre. Un gran pase desde casi medio campo de Etxeita fue al crack donostiarr­a, que con el pecho la bajó, se giró en una maniobra de engaño que

Raúl García Fue baja por fiebre; Muniain actuó en su puesto y marcó el gol

desnudó a los dos centrales y la entregó mirando al tendido, a lo Magic Johnson, a Susaeta, que corría en segunda línea como un poseso. Este la dio de primeras a Muniain, también en llegada, para que la empujara. Jugada portentosa que no dejó tocado al Panathinai­kos, porque ya venía medio moribundo y le hizo aparentar unos instantes un aire kamikaze. Zeca, el hombre clave en el equipo del trébol, fue anulado; no apareció hasta la media hora de juego. No pudo correr ni distribuir y su equipo fue un nudo permanente ese tiempo.

Con el 1-0, los locales se acostaron a ver pasar los minutos y el Panathinai­kos amenazó: Chávez, solo en la frontal del área, lanzó al poste un balón en el que metió el empeine interior, y se fue alejando. Los verdes se estiraron y repitieron el esquema de la ida con Lod en esa posición de Altman, en situacione­s interiores, que hacían dudar a San José y Beñat.

Fue puro espejismo, porque luego cayeron en la pereza, con una ocasión cada 20 minutos o así. Susaeta conectó con Muniain un balón de oro, pero éste golpeó mal. Ouzounidis metió toda la carne en el asador con Altman y Molins, actuó casi con cuatro delanteros, pero el peso de un equipo tan superior le aplastó. Cuarto año seguido en Europa.

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 ??  ?? A PLACER. Una combinació­n perfecta y preciosa del triángulo Aduriz-Susaeta-Muniain acabó con el partido y la eliminator­ia.
A PLACER. Una combinació­n perfecta y preciosa del triángulo Aduriz-Susaeta-Muniain acabó con el partido y la eliminator­ia.
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