Call of Duty regresa a la Segunda Guerra Mundial
La nueva entrega recupera las señas de identidad de la saga
En los últimos años la saga Call of Duty ha ido cada vez hacia el futuro, perdiendo por el camino parte de la esencia que la convirtió en el referente del género shooter en primera persona.
Activision ha cerrado esta brecha con la nueva entrega, que retorna a sus orígenes: la Segunda Guerra Mundial.
Impactante y brutal. La historia se ambienta en el frente occidental en el final del conflicto, arranca con el desembarco de la Big Red One en Omaha y repasa las principales batallas en suelo europeo hasta la caída del régimen nazi en mayo del 45. Si bien hay algunos acontecimientos previos para situar a los protagonistas.
A través de seis personajes
el usuario vivirá en primera persona los horrores de la guerra, en un juego que no ha evitado detalles escabrosos, presentando algunas de las escenas más brutales de la saga.
Sledgehammer Games ha hecho un gran trabajo en la recreación de escenarios históricos, como Carentan, y ha reproducido con fidelidad armamento y vehículos de la época. Su estética debe bastante a Salvar al Soldado Ryan de Spielberg, tanto en la forma de narrar las escenas cinemáticas como en el uso del color, con un apartado gráfico por encima del nivel del Infinite Warfare.
Multijugador. De entre los varios modos online presentes destaca el War Mode, en el que los jugadores tendrán que atacar y defender alternativamente varios objetivos en un tiempo determinado. Los combates son un poco más lentos que en pasadas entregas y tienen un mayor componente estratégico. Eso sí, siguen siendo CoD en estado puro, aunque ha tomado prestadas algunas de las mejores ideas de Battlefield y Overwatch.