Una vida persiguiendo sueños
■ Mireia Belmonte (Badalona, 1990) empezó a nadar por prescripción médica (padecía escoliosis) con apenas cuatro años en el CN Badalona. Pronto se dieron cuenta los técnicos de su facilidad para moverse en el agua. Siempre le acompañó un fuerte poder competitivo: de niña, cuando nadaba y no le daban medalla, lloraba. Esa competitividad fue fraguando su carácter. Entrenadores como Carles Subirana o Jordi Murio le añadieron una técnica —A mí me gustaría que siguiera con nosotros, pero la última decisión tiene que tomarla él.
—En caso de que se marche a Font Romeu, ¿acudiría usted con él a entrenarse allí?
—No me he planteado el tema.
—¿Se imaginaba hace diez años lograr todas las medallas que posee?
—Si no recuerdo mal, hace diez años conseguí mi primera medalla de plata en el Europeo absoluto de Debrecen, en Hungría. Una vez estás en el top europeo y mundial esperas que lleguen muchas más. Llegar a ser campeona olímpica y mundial no es fácil, porque compites entre las mejores del mundo. Pero reconozco que es la realización de un sueño excepcional y que me da muchas satisfacciones.
—Todas las pruebas que nada tienen algo especial, pero ¿cuál es en la que más disfruta y por qué?
—Todas las pruebas en las que participo me interesan, porque busco en cada una de ellas perfeccionarme e ir a más en su técnica. Aunque reconozco, con sinceridad, que el estilo mariposa es mi mayor aliciente.
—Si le digo que defina su vida y carrera en tres líneas, ¿cómo escribiría usted esa biografía pequeña? —Rigurosidad, constancia, compromiso y dar todo de mí misma en cada una de las competiciones y pruebas en las que participo. El éxito excelente en todos los estilos. Campeona del mundo júnior en Río en 2006, diez años después alcanzó su cuarta medalla olímpica y su sueño: el oro. En este proceso, Mireia ha sumado seis metales mundiales, trece europeos y ha rendido en piscina corta, con once metales en Europeos y diez en Mundiales. De la mano de Fred Vergnoux ha alcanzado su máximo nivel. Estudia Relaciones Públicas y Márketing, le encantan la moda y el color rosa.
Perseverante “El éxito no deslumbra si hay trabajo diario”
nunca deslumbra si una lleva detrás la luz del trabajo de día a día.
—¿Cómo lleva el grado de Relaciones Públicas y Márketing en la UCAM y qué asignatura le gusta más de las últimas que ha hecho?
—Lo llevo razonablemente bien. No tengo una preferencia, aunque siempre me inclino por aquellas que ponen en juego la creatividad.
—¿Qué película o libro le ha apasionado más últimamente y por qué?
—Estoy leyendo el libro Mujer, Discriminación y Deporte, de María José López González. Desde el primer capítulo me sentí atrapada por su exposición en relación a cómo es el tratamiento de la mujer deportista profesional, que no está ni mucho menos contextualizado y visualizado.
—Después de Budapest y la Copa del Mundo, ¿cuántos días estuvo sin lanzarse a una piscina?
—Es verdad que este año tuve 15 días de vacaciones, aunque seis ellos los tuve que dedicar a compromisos.
—Muchas gracias y enhorabuena, Mireia.
—Gracias a vosotros y suerte para que sigáis muchos años más con As.