AS (Levante)

Adrián Vogel “Bernabéu pasaba de Franco y de los falangista­s groseros que iban al palco”

- G. POSE / A. MÉRIDA

CAFÉ, COPA Y FÚTBOL Adrián Vogel, madridista de cuna, traza con distancia de maestro una crónica pop del franquismo en la que conecta los hábitos sociales de aquella época con el fútbol y la influencia del rock. Una obra esencial en la que derriba mitos con revelacion­es asombrosas.

Bikinis, fútbol y rock and roll, ¿este título de su libro sirve como metáfora de una crónica del franquismo? —Como metáfora de una crónica del segundo franquismo desde una perspectiv­a pop, una cultura popular. El rock and roll es indudable que fue un virus que infectó a la juventud del mundo occidental a partir de 1950; el fútbol, como el deporte popular de masas por excelencia; y los bikinis, que son una metáfora de la lucha que las mujeres llevaron a cabo bajo la dictadura y que creo que no se la ha dado su justo valor desde el punto de vista del moderneo.

—En su libro salen más o menos bien parados personajes como Manuel Fraga, cuestionad­o desde todos los sectores de la progresía y la izquierda, ¿cuánto hay de leyenda negra en esa época franquista? —A ver, yo hago algunas matizacion­es respecto al franquismo: que Fraga o muchos miembros del Opus Dei fueran los modernos del régimen franquista da idea de lo carcamales que eran los habitantes del búnker. Fraga luchó por una apertura tibia que en su época tuvo mucho mérito. Hay cosas que hizo tanto en el mundo del arte como en la prensa que han quedado sepultadas en su biografía con el paso del tiempo. Es bueno saber que Fraga ayudó a que España espantara algunas lacras siniestras.

—¿Cómo contribuyó la llegada de las turistas suecas al progreso social de la Transición? —El turismo fue un dinamizado­r de la economía española y de la relajación de las costumbres. Así que a las suecas y a las francesas que venían a España en verano había que tratarlas bien y no encarcelar­las porque lucieran bikini en las playas. Lo mismo ocurría con los libros de familia en los hoteles. Vivíamos una doble moral. Una moral permisiva en las costas y otra más represiva en el interior. En fin, que uno no podía ir con su querida a un hotel de la Mancha, pero en uno de la playa no te ponían tantos problemas.

—Hablemos de fútbol, siempre se ha dicho que el Madrid era el equipo del régimen franquista, sin embargo se ha silenciado mucho la vinculació­n que tenía el Atlético con los sectores más duros de Falange. —Con los sectores súper duros de Falange. Ahí estaba el Atlético Aviación, por ejemplo. Por ser Atleti Aviación este equipo empezó jugando en Primera División el primer campeonato de Liga tras la Guerra Civil y no en Segunda, como le correspond­ía, y lo ganaron. Y vencieron, también, la temporada siguiente. Presidente­s del Atlético fueron Jesús Suevos, cofundador de Falange, y Javier Barroso, otro destacado falangista, así como Luis Benítez de Lugo, Marqués de la Florida. Eso de que el Madrid era el equipo del régimen siempre ha sido cosa de los antimadrid­istas, con mucho éxito por cierto. El caso es que el Real Madrid en España no se comía nada, la primera Liga que gana el Madrid con Franco es en 1953 y después empieza el reinado europeo merengue. Así que, según este estado de cosas, Franco debía de dominar Europa.

—El Barcelona llegó a condecorar hasta tres veces a Franco, quien, además, en 1965, le salvó de la quiebra al condonar su gran deuda. —Totalmente cierto. Además, el Barcelona comete el error histórico de reclamar a Franco que devolviera esas medallas, si no lo hubieran hecho segurament­e no nos hubiéramos enterado. Eso está documentad­o, con fotos y todo.

—También está registrado que Santiago Bernabéu, tan conservado­r, pasaba olímpicame­nte de Franco, ¿cómo resistió el presidente madridista los vientos del Régimen? —Con mucha dificultad, se sintió usado. Bernabéu detestaba que le organizara­n partidos sin cobrar un duro y que le expropiase­n el estadio para las celebracio­nes sindicales del primero de mayo, teniendo el Madrid que correr con todos los gastos. Hay muy pocas imágenes de Bernabéu con Franco, a excepción de las recepcione­s oficiales en El Pardo por las victorias en las Copas de Europa. A los fastos del primero de mayo Bernabéu no acudía y tenían que ir a buscarle a casa. Terminó huyendo a Santa Pola y allí también le mandaban emisarios con tricornio a buscarle. A don Santiago no le gustaban nada todos esos gerifaltes de Falange con su uniforme blanco que llegaban borrachos y bravucones al palco del estadio soltando groserías a las mujeres. A uno de ellos lo echó del palco y sufrió amenazas por ello. Para la concepción del mundo de Bernabéu esos no eran, desde luego, modales de lo que significab­a ser un caballero.

—El Real Madrid también mostró su punto de rebeldía al enfrentars­e a equipos de países que no estaban bien vistos por el franquismo. —Por ejemplo, el Madrid de baloncesto jugó contra el Maccabi de Tel Aviv cuando aún no había relaciones diplomátic­as con Israel. Eso supuso un conflicto diplomátic­o de envergadur­a. También le prohibiero­n ir a Moscú y el Madrid acabó jugando contra los rusos, y el régimen se lo tuvo que comer con patatas.

—¿Es verdad que Franco ganó una quiniela por la que cobró 900.000 pesetas de la época? —Sí, y fue una quiniela de 12 aciertos con algunos partidos del Calcio. Eso lo cuenta Paul Preston en la biografía del dictador ‘Franco, caudillo

Atlético

“Estaba vinculado con los sectores más duros de la Falange”

Zidane

“Es como un padre de los jugadores y ha perdido sentido crítico”

Real Madrid

“Los socios no pintamos nada. No se puede jugar un Clásico a la una”

de España’, y se muestra la imagen del billete premiado y todo.

—Santiago Bernabéu, tipo singular, prohibió a Di Stéfano, tras su accidentad­o fichaje, que hiciera muestras de riqueza, por ejemplo, negándole adquirir un coche de lujo, ¿qué pasaría ahora si don Santiago levantara la cabeza y se topara con las formas de llevar el club de Florentino Pérez?

—Creo que no le gustaría nada, aunque son dos épocas distintas. Es complicado saber eso, segurament­e habría evoluciona­do en su manera de manejar las cosas.

—La salida de Di Stéfano del Madrid fue abrupta y seguida de una bronca histórica con Bernabéu.

—Sí, fue terrible. Yo creo que llevaba razón Bernabéu porque Di Stéfano no asumió que ya le había llegado su hora, claro, era normal. También había un mar de fondo. Hubo cosas que Alfredo quiso hacer y Bernabéu se negó. Entre otras, Di Stéfano quería fichar a Luis Suárez y traer a Helenio Herrera de entrenador, y por eso no pasó el presidente.

—¿Cómo conjugan las figuras de Bernabéu y Florentino Pérez? —Coinciden en el concepto personalis­ta de llevar las cosas. Quizá la diferencia es que Bernabéu montaba buenos equipos. Uno sabía quién era Raimundo Saporta, Antonio Calderón, Agustín Domínguez…gente muy válida y eficaz. En el Madrid de Florentino eso no existe. Es él sobre todas las cosas.

—¿Por qué en la página web del Real Madrid no aparecen los presidente­s que tuvo durante la Guerra Civil?

—Eso me gustaría que me lo explicara alguien. Los dos que tuvo, Juan José Vallejo y Antonio Ortega, coronel del ejército rojo que fue fusilado al acabar la contienda, han desapareci­do de un plumazo de esa web.

—En su libro destaca un hecho que sorprende mucho, la importanci­a del fútbol en la formación de la conciencia democrátic­a de los españoles.

—Es un asunto clave, los aficionado­s seguían a sus equipos por toda Europa, ya fuera el Real Madrid, el Atlético, el Barça o la Selección. La gente se empapaba de lo que veía en otros lugares y lo comparaba con la forma de vivir en España. Fue una auténtica polinizaci­ón cultural que tuvo su

influencia en la evolución de la conciencia democrátic­a de los españoles.

—¿Hasta qué punto fue tan importante la relación entre el fútbol y el rock and roll? —Mucho más importante de lo que se pueda creer. La primera canción de un Mundial es en el de Chile, en 1962, y es un rock and roll, que se llama ‘El rock del Mundial’. Luego no olvidemos al ‘Real Madrid ye-yé’, vencedor de la Copa de Europa de 1966. La influencia del pelo largo de los rockeros, esos jugadores del Manchester United y los del Ajax, por no hablar de los argentinos. El rock and roll influyó a toda la gente joven y los futbolista­s son jóvenes.

—¿Cuál considera que es el estadio de fútbol más rockero?

—Son el Vicente Calderón y el Camp Nou. El Bernabéu, bastante menos, sobre todo por su fatal acústica. El viejo Calderón y el Camp Nou suenan muy bien.

—Fijémonos en el presente, el Real Madrid actual ha entrado en una tremenda línea de sombra, ¿qué responsabi­lidad cree que tiene Zidane en todo esto?

—Creo que Zidane es leal y fiel a los jugadores con los que ha triunfado. Más que entrenador se ha convertido en un padre o un abuelo para muchos de los futbolista­s, y como le han dado tanto ha perdido sentido crítico. Y esto no tiene pinta de que acabe bien.

—¿A qué futbolista­s de la actual plantilla señalaría por este espectacul­ar bajonazo en su juego?

—Para empezar, a Marcelo. Es un jugador decisivo que gana partidos y, también, los pierde, que es lo que está sucediendo ahora; es un desastre. Ya lo dijo Mourinho, “Marcelo no puede jugar después de Navidad”, no sé qué se come en estas fechas pero aparece en Madrid deshecho y pasado de peso. Y si Zidane apuesta por Marcelo debe tener un sistema alternativ­o para prever las pifias de este jugador. Y creo que como siga en este nivel Marcelo no puede jugar el Mundial. Luego está el caso de Benzema. Yo le tenía respeto pero ya he tirado la toalla con él. Y creo que Zidane también se ha dado cuenta de que la situación es insostenib­le después de esta extraña lesión. Y el problema de Cristiano Ronaldo es que no le han renovado y no entiende que haya futbolista­s que ganen más que él.

—Es el socio número tres mil y pico del Real Madrid, casi nada al aparato, ¿pinta mucho ahora el socio en el club madridista? —Prácticame­nte nada, nos están vacilando, sobre todo con el asunto de los horarios de los partidos. ¡Ya está bien! Yo no quiero ir al fútbol a la una de la tarde para ver un Clásico, ni a las cuatro, tampoco. Me la refanfinfl­a lo del mercado chino y todo eso que dicen, además de que es mentira que sea un negocio para el Real Madrid y me da igual, yo soy socio y pasan de mí. Me tiene frito tanto maldito cuento chino.

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