AS (Levante)

Tino, difícil momento a un año de la reelección

Acierto económico pero con el equipo en descenso

- L. DE LA CRUZ /

El 21 de enero de 2014, hace hoy exactament­e cuatro años, Tino Fernández era elegido presidente del Deportivo. Tomaba el relevo del club después de 25 años de un Lendoiro que llevó a la gloria deportiva al conjunto coruñés, pero que dejó el club al borde de la desaparici­ón con una mastodónti­ca deuda de 160 millones, en concurso de acreedores, en Segunda y con las arcas vacías.

Tino logró el ascenso aquella temporada con Fernando Vázquez en el banquillo. El de Castrofeit­o fue destituido a unos días de iniciarse la pretempora­da, comenzando un desfile de técnicos que dura hasta hoy: Víctor Fernández, Víctor Sánchez del Amo, Gaizka Garitano, Pepe Mel y Cristóbal Parralo. A la par, el equipo salvó la categoría de forma agónica los tres siguientes años sin que el máximo mandatario diese con la tecla. Ese déficit deportivo contrastab­a con el éxito económico. Tino Fernández y su Consejo lograron estabiliza­r la deuda, ir reduciéndo­la y volver a situar al Depor como un club pagador y fiable.

El 30 de junio de este verano era todo felicidad en la casa blanquiazu­l. Con el equipo salvado una vez más, Tino consiguió cerrar con Abanca un crédito de 45 millones de euros que le sirvieron para finiquitar la deuda privilegia­da con la Agencia Tributaria. Sin la presión de Hacienda, que además del fijo se llevaba el 25% de todos los ingresos extraordin­arios (televisión, traspasos, publicidad...), el panorama se despejó. Incluso Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, afirmó el día de la firma que “a partir de ahora habrá menos excusas”. El crédito dio aire a un Depor que esta temporada tiene el decimoterc­er tope salarial más alto, y ahí marca siempre el presidente el objetivo.

Siete meses después por el equipo han desfilado cuatro porteros, está en descenso y con una grave crisis interna. Y el número dos de Tino, Fernando Vidal, dimitió en octubre por discrepanc­ias con el presidente y la continuida­d de Mel. Poco después, fue el técnico madrileño el que tuvo que hacer las maletas. La sangría continuó en enero, con la destitució­n de Richard Barral, director deportivo, en pleno mercado invernal.

A un año de las elecciones, que serán en enero de 2019, Tino está en su momento más delicado. Eso sí, sin atisbo en el horizonte de una oposición medianamen­te seria.

Salidas Se fue su número dos y cayeron Mel y el director deportivo

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PRESIONADO. Tino Fernández ha visto cómo el Deportivo sigue sin encontrar la estabilida­d deportiva.

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