De Atlanta, la ciudad donde deslumbraron Johnson y Bailey
■ Christian Coleman tenía apenas dos meses cuando se celebraron los Juegos de 1996 en su ciudad natal, Atlanta, en los que Donovan Bailey batió el récord mundial de los 100 metros y Michael Johnson el de los 200. Carreras apoteósicas.
Ayer se convirtió en el velocista mundial más rápido sobre los 60 metros, la prueba en la que no se puede cometer ni un solo error. Él no lo cometió y terminó en un tiempo de 6.37.
Nació en la capital de
Georgia el 6 de junio de 1996, y tras algún coqueteo con el fútbol americano (muy habitual en muchos atletas), se decantó por la velocidad. Brilló en su college, fue campeón estadounidense en 100 y 200 y, en los
Mundiales de Londres del año pasado, medalla de plata en los 100 metros en la carrera histórica en la que
Usain Bolt fue tercero y venció Justin Gatlin.
Buen hombre de relevos, contribuyó a la plata del 4x100 con Estados Unidos, que no fue batido por Jamaica, como era habitual en los últimos años, sino por Gran Bretaña. Los caribeños se quedaron en tierra tras la lesión de Usain Bolt.
Es un velocista completo, porque a sus 6.37 en los 60 añade 9.82 en 100 metros (líder mundial el año pasado) y 19.85 en 200, marca de gran relieve, además de una pequeña excentricidad: 40.77 en la rarísima prueba de 300 metros vallas.