Sangre de León para ir a Japón
Pocos soñaban con que los Leones saliesen del Central dependiendo de sí mismos para lograr el billete mundialista. Menos aún que dejarían a Rumanía en diez puntos. La defensa de
España fue magnífica, colosal. El presidente federativo
Alfonso Feijoo, en la cita con
As hace unos días, y el grupo de Santi Santos, de visita en nuestra redacción esta semana pasada, coincidían en que la presión era de los
Robles, que España ya había hecho su trabajo y que ahora buscaban la guinda.
Con el Central lleno habría que luchar y la afición no falló. Como respuesta, los jugadores dejaron un partido excelso, para el recuerdo. Los ensayos iniciales de Auzqui y Ascarat lo encarrilaron y Linklater lo certificó con el pateo. Enfrente, una Rumanía sorprendida por la agresividad de la manada española.
Hace 20 años que España no está en un Mundial y ahora lo acaricia. En tres semanas, ante Alemania, otro reto: ganar con bonus. El impacto televisivo de un Mundial de rugby es superado por pocos eventos deportivos y ahora España depende de sí misma para disputar el partido inaugural. Era necesario un impulso así. Habrá quien se queje de que haya muchos franceses, pero al final su sangre no es tan distinta a la nuestra. Y ayer se la dejaron, con sudor y lágrimas. Estas últimas por fin de alegría.